Publicar un libro: Autoedición vs. Publicación tradicional

La autoedición ha existido siempre y siempre ha convivido con la publicación tradicional. Pero la llegada de Internet, un actor que ninguna gran editorial ha sabido hasta el momento incorporar a su trabajo de forma satisfactoria, ha puesto al alcance de la mano del autor que decide autoeditarse toda una serie de herramientas que antes estaban al alcance sólo de las grandes editoriales.

Vamos a ver cómo se articula este cambio de modelo, y qué diferencias hay entre la autoedición y la publicación tradicional hoy en día.

Publicación tradicional


El autor envía su trabajo a una editorial, ya sea directamente o utilizando como intermediario a un agente literario que se llevará un porcentaje de sus ganancias (típicamente entre el 15% y el 20%).

En caso de que se use un agente literario, será él quien defienda los derechos del autor ante la editorial y quien trate de conseguir las mejores condiciones posibles para el autor.

A partir del momento de la firma del contrato con la editorial, será ella la que se encargue de todo el trabajo: corrección final del texto, maquetación, diseño de la portada, impresión de los ejemplares, etc.

Las empresas distribuidoras serán las encargadas de hacer llegar los ejemplares a las librerías, y serán ellas, junto con los libreros, las que se lleven la parte del león en el reparto de beneficios (un 60% de las ventas finales entre los dos).

Algunas editoriales están creando tiendas online para tratar de saltarse este último eslabón de la cadena.

Autoedición


Es el propio autor quien contrata todos los servicios necesarios para la creación del libro. Alguna labores, como la maquetación, podría llevarlas a cabo el propio autor para ahorrar dinero en caso de que tenga esos conocimientos, pero otras figuras, como la imprenta o el corrector de estilo, siempre deberán estar ahí.

Recordemos algo muy importante: Autoeditar significa convertirse en el editor de uno mismo. La calidad resultante debe ser la misma que obtendríamos trabajando con una gran editorial, si no mejor.

Y una vez producido el libro, claro está, será también el autor quien se encargue de distribuirlo como considere más oportuno para que éste pueda llegar al lector final.

Cada caso es diferente, pero lo que mejor resultado suele dar es una distribución combinada:

1. Venta directa a través de Internet por parte del propio autor.
2. Distribución a librerías con las que se haya contactado previamente para saber si les interesa la novela.

El autor también podría decidir contratar los servicios de una empresa distribuidora, pero, siendo como es la eliminación de intermediarios uno de los objetivos de la autoedición, no sería demasiado aconsejable… al menos en un primer momento.

Siendo esto así, ¿cuáles serían las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos dos modelos?

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