25.07.2014... silencio...

Vuelvo a mi porche, vuelvo a Minaya. Estoy en él y sé que con Él. Cómo me cuesta serenarme,  creo que no es hasta este momento,  ya solitario, mientras miro el cielo y esas estrellas que me miran, cuando verdaderamente quedo en paz. Qué raro, difícil,  extraño,  soy. Es como si necesitara ese momento de silencio diario que, en días como hoy, sólo recojo al final del día. 
Aquí no escucho más que el murmullo de las hojas de estos árboles abrazados por un mínimo viento. 

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