18.05.2014... novelar...

Y terminó la semana. La he terminado con cerca de 16 kms de running por mi Cerro de los Ángeles, en compañía de Clemente, como cada domingo, repasando y reflexionando en cada zancada todos nuestros momentos semanales. 

Ha sido un domingo bastante libresco, dando vueltas a ese otro proyecto, en este caso literario, que merodea mi cabeza. 

Es curioso pero hay mucha gente, de esa que no lee, que desgraciadamente es mucha, que cuando lo hace no sabe diferenciar lo real de lo irreal, la ficción de la no ficción. Muchos llegan a pensar que lo escrito es tan real como que el autor es un perverso asesino o depravado personaje con los peores instintos o que, por contra, lo relatado obedece a una de esas novelas que adornan las estanterías. Eso es literatura. Lo bueno o malo del escritor es la diversión que le produce pensar que lo que puede llegar a sentir el que lo lee.

Escribir una novela es un proyecto difícil. No es escribir un relato corto, no es sentir y plasmar en un papel un poema. Escribir una novela requiere un esfuerzo que sólo aquellos que lo han conseguido saben de él. Lo primero es tener una historia que contar. Lo segundo  desarrollarla de tal forma que todo lo que se desea contar sea entendido por el que lo lee.

La vida es una novela y cada novela son muchas vidas.

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