13.05.2014... Isabel Carrasco (D.E.P)... las redes sociales denigradas...

Comienza uno a asumir, de una vez por todas, que la vida debe disfrutarse en cada momento que nos ofrece. Estos pensamientos siempre me vienen cuando algo remueve y conmueve el espíritu y el alma. No somos absolutamente nada, creemos ser dueños de lo que vivimos sin parar a pensar que en un segundo, en un instante, todo puede acabar.



Ayer por la mañana marché hacia Valladolid (fantástica tierra), ya que mantenía una reunión de trabajo con varios presidentes de diputaciones de Castilla y León. El anfitrión de la reunión fue el Presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y acudieron el Presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González y el Presidente de la Diputación de Palencia José María Hernández. Tras la reunión pude saludar también al Presidente de la Diputación de Burgos, José María de Iturrino y comentamos también que durante la tarde nos encontraríamos con Isabel Carrasco, patrona de la Fundación, que vendría a Valladolid al acto de campaña que se celebraba a última hora del día.
El almuerzo sirvió para comentar temas que tenían que ver con las reformas que desde el gobierno se están llevando a cabo y que afectan tanto a Diputaciones como ayuntamientos, así como la singularidad de Castilla y León. Nos habíamos visto hacía poco en Madrid, en el Foro/Desayuno que organizamos desde la Fundación en el Hotel Villarreal y dónde Isabel nos deleitó con alguno de sus oportunos comentarios.

Tras la comida y dar un paseo por las calles vallisoletanas, a eso de las 17.45 h., una llamada nos dejaba petrificados: acababan de matar a Isabel. Isabel Carrasco, Presidenta de la Diputación de León, patrona de la Fundación, compañera de partido y persona a la que íbamos a ver más tarde; Isabel, con la que hemos compartido y he compartido buenos momentos, era asesinada a tiros cuando salía de su casa para dirigirse a la sede antes de partir hacia Valladolid. Reconozco que me quedé conmocionado, como el resto, estupefacto, sin palabras. No podía creer lo que escuchaba y todo me parecía digno de una de esas películas que solemos ver los sábados por la noche en televisión. 


Comenzamos a intentar saber más. Se descartó inmediatamente un atentado terrorista y un tiempo después eran detenidas dos personas, una madre y una hija, como presuntas autoras de tan brutal asesinato. En estos momentos todavía no se tienen claras las razones del por qué de este asesinato, todo son elucubraciones, nadie entiende nada, pero lo cierto es que Isabel, esa mujer enérgica que conocí, no está. Y no está porque fruto de no sé que enajenación mental, rencor, odio o venganza, alguién ha decidido quitarle la vida.

Conocí a Isabel en la Fundación. Siempre me pareció una mujer enérgica, sin pelos en la lengua, de esas que gusta escuchar cuando hablan porque sabes les sale de dentro y dicen lo que sienten, guste o no guste. Una mujer que no necesitaba la política para vivir, pero le apasionaba y llevaba como bandera la defensa de su tierra y sus municipios. Como en política, era una de esas personas que a unos caía y a otros no caía. Ella vivía para trabajar y, como todos, con sus virtudes y defectos, sólo pretendía lo mejor para su tierra y para España desde un proyecto político que era el de su partido, el Partido Popular. Esta tarde ha tenido lugar su funeral.

Es tremendamente fuerte.

Y fuerte es, también, lo que se ha estado moviendo y ocurriendo en las redes sociales, tanto en Facebook como Twitter. Durante estos dos días las redes han sido utilizadas por personajillos escondidos, cobardemente, en perfiles 'falsos' para jalear de malas formas y maneras el asesinato de Isabel Carrasco. Tanto así que el Ministro del Interior ha dado orden de investigar estos mensajes.
Las redes sociales son un instrumento fantástico de comunicación libre y rápida. Pero las redes sociales pierden su valor si son utilizadas de forma mezquina y, pienso, incluso delictiva, para generar odios o, incluso, alentar y aplaudir actos delictivos. Y es que todo no puede salir gratis. Vivimos en un país libre, desde luego, pero la libertad no es justificar ni aplaudir un asesinato de otra persona, sea quién sea. Nada justifica un asesinato y aquél que lo justifica se convierte en cómplice virtual de los autores.

Un ejemplo de lo que comento me ha ocurrido a mi. En mi perfil de facebook, como hago normalmente día a día, comenté lo sucedido ayer y expresé mi sentimiento en ese momento. Muchos de los que pasaban por allí, por mi 'muro', dejaron también sus comentarios. Lo que nunca pensé, sinceramente, es que más allá de las diferencias ideológicas, más allá de esa animadversión que, injustamente, muchos tienen contra los políticos, alguien, en su sano juicio, pudiera hacer el tipo de comentarios que alguno/a hizo. Me han parecido espantosos y los reproduzco aquí con una instantánea del post. Su lectura lo dice todo.








Comentarios parecidos circularon ayer por las redes sociales. Pero ¿esta es la sociedad que tenemos y queremos? ¿Estas son las redes sociales que deseamos? Así no. Hay que denunciar este tipo de comentarios y evitar que campen por las redes a sus anchas injuriando, insultando, o lo que es peor, alentando y aplaudiendo actos violentos.

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