De Convenciones...

En casa, henchido de paz y tranquilidad. Descansado del viaje y buscando entre los versos de Salinas y los textos de Proust, ambientados con Mozart, esos instantes que me permitan afrontar la semana con la máxima capacidad y energía.
Porque ha sido uno de esos fines de semana en los que uno no recupera, sintiendo que la semana se une con la otra sin ese breve paréntesis que nos hace reflexionar y tomar impulso hacia el lunes. Pero no puedo negar cierta satisfacción y alegría. Ya nos recuperaremos.
Ayer mañana partimos temprano hacia Valladolid. Allí se celebraba la Convención del Partido Popular, mi partido, desde el viernes que comenzó. Tenía ganas de un encuentro así. Creo que todos necesitábamos de ese abrazo de esperanza, de positivismo, para apartar todos esos males que nos echan encima, día a día unos y otros.
Así a las 9.30h nos acreditábamos en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, nos colgábamos la clásica escarpela y comenzábamos a saludar a unos y otros. Conocidos, amigos, menos amigos pero siempre compañeros, al fin y al cabo personas venidas de unos y otros puntos de la geografía española, a algunos de ellos sólo los ves en eventos como este, y todos con el mismo ansia de escuchar, debatir, reflexionar sobre un proyecto, en este caso nuestro proyecto, sobre unas ideas, muchas ideas y, sobre todo, sentir los resultados de ese trabajo, no agradable por la situación recibida, que está llevando a cabo el gobierno del partido popular y que, guste a quien guste, lo quiera escuchar quien lo quiera escuchar o reconocer quien desee reconocerlo, está sirviendo para sacar a este país de la brutal crisis a la que nos habían llevado.


La mañana, fue entretenida, asistimos al debate entre varios ministros y presidentes regionales, debate en un formato agora, entretenido, con tiempos cortos y suficientes para ir tocando todos y cada uno de los temas que interesan a la sociedad: vertebración de España, economía, reformas, cultura, justicia... Posiblemente el momento más emotivo de la mañana fue el reconocimiento y siempre apoyo de todos a las víctimas del terrorismo. Cuando ahora escuchas de algunos esas críticas, interesadas y dañinas, sobre que el gobierno del PP deja de lado a las víctimas del terrorismo, a esos compañeros nuestros que han dado su vida por defender nuestras ideas, se me abren las carnes.
Comida agradable, sabrosa como no puede ser de otra manera, con amigos y compañeros, en este caso de Cataluña, aguantando un frío viento de esos que se cuela en cada rincón del cuerpo y vuelta a la tarea. 
El primer debate de la tarde me interesaba especialmente: Esperanza Aguirre y Luis de Guindos. El ministro, ejemplar, explicando lo que se está haciendo desde una perspectiva objetiva, gobernar para crecer. La presidenta de mi partido en Madrid, en su línea, esa en la que se ha instalado de crítica poco constructiva y buscar el fácil titular. Creo que el ministro respondió sin dar más importancia, casi ignorando: ser liberal también es gobernar sabiendo lo que se hace y hacia dónde se quiere ir. Es fácil decir, es fácil juzgar, pero, lo difícil es hacer cuando se tiene la responsabilidad de hacer.
No terminamos muy tarde y bajamos al hotel dónde nos hospedábamos la noche. La casualidad hizo que el hotel, el hall del hotel, pareciera uno de esos apartados de la Convención. El hotel estaba prácticamente lleno, completo, por asistentes y, en este caso, por unos cuantos ministros y presidentes de comunidades. Por los pasillos escoltas de paisano y secretarias corriendo de un lado a otro; en la cafetería los jefes de prensa y gabinetes tomando notas y preparando agendas. Muy movido pero con un olor político que me gusta, que siento y que encuentro especial.
Noche muy fría, especialmente helada. Visita a la zona más concurrida de Valladolid, el centro, y dónde se encuentran todos esos lugares para degustar buenas comidas y vino de la tierra. Valladolid tomado por el Partido Popular. En cada calle, en cada esquina, en cada rincón, bar o restaurante, compañeros conocidos de una y otra región.
Tras la cena, como casi siempre en estas concentraciones, al punto de encuentro dónde todos dejamos en la calle nuestras responsabilidades, todos somos iguales y entre coca colas unos, gintonics otros, cervezas los pocos y whiskys los demás, vamos perdiendo esa seriedad que siempre nos caracteriza para dejarnos llevar por alguno de esos ritmos de nuestra época. Intentamos ser capaces de echarnos algún movimiento absurdo con la camisa por fuera del pantalón, tratando de olvidar las canas de la barba. Caras conocidas, responsables del partido y poco habituales en esa cercanía... y cuando cada uno va viendo que ya no es tan joven y la edad le hará pasar, en el ya comenzado día, un aviso de que la recuperación es lenta, a dormir.  Eso sí, al levantar hoy, temprano, te acuerdas de ese último whisky con coca cola que no debiste tomar nunca.

Mi desayuno ha sido toda una experiencia. No creo vuelva a vivir algo así, siempre desde el cariño y el respeto. Como digo, como soy, me acueste a la hora que me acueste, los domingos a las 7.30 h estoy despierto. Me he levantado y tras los aseos pertinentes, descargar la prensa en el ipad y recoger un poco la ropa, he bajado a desayunar buscando ese momento de soledad e intimidad que me encanta cuando estoy fuera.
He preparado mis tostadas, mi zumo de naranja y mi café. Me he sentado a leer el periódico mientras ese olor de café encantador me abría algo el apetito, importante echar algo sólido al estómago. A los pocos segundos, a mi lado, el Ministro de Educación y Cultura junto a su pareja, la Secretaria de Estado de Educación. Tras un saludo, educadísimo y cariñoso, han mirado la prensa que leía y creo que, para intentar evitar que escuchara la conversación, por si acaso, se han puesto a hablar en inglés. Ni se oía ni lo entendía, pero me ha resultado un detalle gracioso. A lo mejor, por otro lado, es una forma de practicar el idioma en pareja.
Al poco ha aparecido la Ministra de Empleo que se ha sentado justo enfrente. Ha venido a saludar a sus colegas, ha saludado a los que estábamos por allí y entendía podían ser también del partido y se ha dispuesto a prepararse el desayuno. Poco a tardado en unirse la Ministra de Fomento y su marido, el Presidente de la Comunidad de Valencia y el ministro Montoro con esa sonrisa entre agradable y pícara.
Y allí estaba yo, viendo en el periódico las crónicas de la Convención, rodeado de los protagonistas del día anterior. Ha sido un desayuno agradable aunque, reitero, sin ese espacio de tranquilidad que siempre echo de menos. Mereció la pena.
A las 11 h., ya con la bolsa preparada, vuelta al Auditorio para escuchar los discursos finales. El discurso del Presidente Mariano Rajoy contundente, diciendo las cosas como son, claras y concisas. Creo que es un momento muy importante en España y que, sinceramente, tiene unos protagonistas: los ciudadanos que han sufrido las medidas adoptadas por el gobierno, los gobernantes que no se han salido ni un ápice de ese plan marcado para frenar la caída y volver a impulsar un país hacia la esperanza. Es cierto, salimos del pesimismo, vuelve la esperanza y, sinceramente lo creo, vamos en la buena dirección.

Y mañana, pues volvemos a la tarea con las ilusiones renovadas.


Comentarios

  1. Escribes entre otros puntos:
    —..."El primer debate de la tarde me interesaba especialmente: Esperanza Aguirre y Luis de Guindos. El ministro, ejemplar, explicando lo que se está haciendo desde una perspectiva objetiva, gobernar para crecer. La presidenta de mi partido en Madrid, en su línea, esa en la que se ha instalado de crítica poco constructiva y buscar el fácil titular. Creo que el ministro respondió sin dar más importancia, casi ignorando: ser liberal también es gobernar sabiendo lo que se hace y hacia dónde se quiere ir. Es fácil decir, es fácil juzgar, pero, lo difícil es hacer cuando se tiene la responsabilidad de hacer".

    —..."A los pocos segundos, a mi lado, el Ministro de Educación y Cultura junto a su pareja, la Secretaria de Estado de Educación. Tras un saludo, educadísimo y cariñoso, han mirado la prensa que leía y creo que, para intentar evitar que escuchara la conversación, por si acaso, se han puesto a hablar en inglés. Ni se oía ni lo entendía, pero me ha resultado un detalle gracioso. A lo mejor, por otro lado, es una forma de practicar el idioma en pareja".

    BIEN, LO QUE QUIERO DECIRTE: Muy diplomático, preciso, pocas palabras sobre los dos puntos y mucho lo que comunicas. Estamos en momentos, en los que hay que hablar así para quienes tienen dudas, y que nos entendamos; E independientemente de mantener el respeto a una disciplina, hay que sacar a la luz lo que no debe estar siempre oculto bajo el silencio.
    Estoy muy de acuerdo contigo.
    Un saludo

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