Para actuar en libertad, para arriesgar, hay que saber y hay que pensar. Sólo se puede opinar desde el conocimiento y la sabiduría. Una opinión ignorante o una acción no reflexionada nos puede llevar a errar sin necesidad. No es lo mismo cometer errores sin haber evaluado los riesgos que teniendo claro lo que puede suponer.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29