Los 'Cuadernos Azules' de Nuria Marugán.

Cuando llegan ya estas horas nocturnas y repasas la jornada, siempre piensas si verdaderamente ha merecido la pena, o no, todo aquello que has hecho, todo tu tiempo. Si además es el primer día de la semana te generas un estado de positividad, o negatividad, que te hace más llevadero, o menos, el resto de días que nos quedan. 
Trabajar es un privilegio en estos momentos que vivimos; trabajar en aquello que te gusta es, además, vivir en una gratitud permanente con Dios. 
Independientemente, los días los comienzas y nunca sabes como terminan. Reconozco termino este mi lunes feliz, con los deberes hechos y con esa tranquilidad que te da el hogar, la familia y los libros. Porque es lo que haré en cuanto deje de pasear por este rincón: relajarme y terminar perdido, hasta que llegue el sueño, entre esos textos que me reconfortan ahora.

Con los años uno se va convirtiendo en un ser más exigente para todo, incluso consigo mismo. El tiempo va restando y parace que tratas de no perderlo o, en todo caso, perder el mínimo posible. Tarea difícil en este mundo que nos lleva. Es lo que me pasa con los libros: por un lado selecciono mucho más los que adquiero, por ese enfermedad mía de poseerlos, de adoptarlos; por otro lado trato de leer aquellos que me aportan, que me dicen algo desde el principio, que respiran conmigo. Me rodeo de varias lecturas a la vez, trato de elejir muy bien los momentos que me dejo llevar por una u otra y siempre, curiosamente siempre, junto algún texto de filosofía o religión, algún ensayo actual, aparece alguna biografía o diario de personajes conocidos o, por el contrario, desconocidos  hasta entonces. Es lo que me ha ocurrido con Nuria Marugán y sus 'Cuadernos Azules. Diarios de una escritora'.


Visitando uno de esos blogs por los que también me pierdo, Hesiquía Blog, descubrí una presentación, saludo, de la autora de este libro, Nuria Marugán. Me llamó la atención, como siempre, por ser unos diarios personales. Tengo especial predilección por los 'diarios', por esas novelas que son la vida real de las personas, sus alegrías y sus miserias, esas que todos portamos pero que sólo algunos, a modo de casi terapia, con valentía, van dejando por escrito. El diario es  un ejercicio brutal de búsqueda de uno mismo porque te obliga a pararte y recordar para analizar tus pasos vitales. 
Suelo adquirir, y leer, cada libro de diarios que cae en mis manos. En este caso me ha ocurrido lo siguiente: al pinchar el enlace indicado para poder adquirir el libro, sólo podía hacerlo en edición digital. Aun así, apenado y sufrido por esa alergia al libro electrónico, lo adquirí.

De momento sólo puedo decir que desde la primera página  me tienen atrapado estos Cuadernos Azules, estos diarios tan personales, sentimentales y poéticos de esta escritora hasta entonces desconocida para mi. Son unos diarios  muy íntimos y valientes que van reconstruyendo una vida mientras se deja atrás otra. Nos van haciendo conocer a una persona que ha vivido momentos realmente desagradables, difíciles y que encuentra en la escritura, su escritura, esa forma de escapar, de conocerse y de descubrirse a sí misma como lo que verdaderamente es: escritora.

En este país en el que uno de los libros más vendidos es ese que firma una señora que no lo ha escrito, una tal Belén Esteban, otros, como el de esta otra señora, Nuria, deben abrirse paso desde la nada, con el boca a boca de cada uno. En cada página me alegro más de haber pinchado el enlace y adquirido el libro y que forme parte de esta minúscula biblioteca mía de libros digitales.
En este libro hay poesía, hay sentimiento, hay emoción y hay, sobre todo, vida.


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