Dice Andrés Trapiello que...

"Los aforismos que nos hacen pensar o nos conmueven o nos arrancan una sonrisa legítima, son como puntas de iceberg, que llevan debajo de lo que vemos una masa infinitamente más grande que lo que está a la vista, mientras se desplazan majestuosos por el mar helado del pensamiento, un mar que los templa al tiempo que ellos lo enfrían. Ese equilibrio. De no ser así, los aforismos vienen a ser como pompas de jabón o luces de bengala, en el mejor de los casos."

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