Inmersiones Mentales 5.
Se escribe mucho, se opina, últimamente sobre la
conveniencia o no de las listas abiertas para elegir a nuestros
representantes y sobre la democracia
interna de los partidos a la hora de elegir a sus candidatos.
Es cierto que todas las opiniones que se están
vertiendo sobre estas cuestiones, en discursos o artículos, no sólo son
respetables sino que prácticamente en su totalidad son compartidas por la
mayoría de los que nos dedicamos a la actividad pública.
Pero lo cierto, también, es que no a todos los que
opinan se les puede dar el mismo valor ya que, dependiendo de sus
responsabilidades orgánicas, dependiendo de su momento político o personal,
podemos vislumbrar discursos oportunista
o interesados.
España tiene una madurez política y democrática lo
suficientemente importante como para que se den pasos hacia adelante a la hora
de profundizar, todavía más, en cómo queremos que sean elegidos nuestros
representantes políticos.
Estamos viviendo un momento en el que los
ciudadanos, los electores, son críticos y exigentes con los partidos políticos
y sus representantes. Se sienten defraudados y engañados. No se ha sabido
conectar con la sociedad porque la sociedad ha ido por un camino y los
políticos, en cierto modo, lo han hecho por otro. El ciudadano no cree ni en el
político ni en sus organizaciones.
¿Podemos culpar de ello a los partidos políticos en
como tal? Creo que no; debemos culpar a algunas personas que forman parte de
organizaciones políticas y que con sus actos e intereses individuales han
desprestigiado la labor y el servicio político.
¿Cómo se conseguiría volver a conectar con el
ciudadano de a pie? Además de no engañándole, algo importante pero difícil para
algunos, sería haciéndole partícipe, desde el principio, de la elección de sus
candidatos y posteriormente de sus representantes políticos. Haciéndole
partícipe de la esencia de la democracia.
¿Y por qué no comenzamos por democratizar
internamente los partidos como primer paso para la elección abierta de nuestros
representantes políticos?
Así lo pienso yo también; y sobre todo doy el sí por respuesta a tan interesante última pregunta, deseando a la vez se lleve a efecto la realización de su proceso cuanto antes, porque el problema que por ausencia acarrea, requiere tal cumplimiento.
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