Los Diez Mandamientos para la Felicidad del teólogo Galen Guengerich
1. Recuerda tus valores. La gente gasta
mucha energía discutiendo sobre cuáles deben ser nuestros principios y nuestros
modos de conducta y, desde las Sagradas Escrituras hasta las investigaciones
contemporáneas, muchos han intentado recapitular esos imperativos categóricos
que todos debemos seguir. Además, se ha debatido muchas veces si la meta del
ser humano debe ser la satisfacción personal o un bienestar colectivo (¿tan
incompatibles son?). En cualquier caso, es relevante tener unos valores que
seguir. No importa si éstos comulgan con los valores extendidos de una
determinada ideología, pero sí debemos contar con una serie de principios para
vivir de acuerdo con ellos.
2. Olvida tus errores. Es evidente que, sean
cuales sean tus pretensiones, alguna vez te equivocarás o darás un paso en
falso. Nos pasa a todos. Lo que debemos intentar es aprender de nuestros
errores y no dejar que nos abatan: siempre hay que intentarlo de nuevo. Cada
día es otra oportunidad para hacer las cosas mejor.
3. Muéstrate activo. La primera ley del
movimiento de Newton afirma que, en ausencia de otras fuerzas, los cuerpos en
reposo continuarán en reposo y los cuerpos en movimiento seguirán en
movimiento. Si quieres conseguir cambiar algo en tu vida, permanecer como estás
y esperar que otras fuerzas actúen en tu ayuda no es una opción práctica. La
vida recompensa a aquellos que se activan y asumen responsabilidades. Si te
quedas en casa viendo la tele, las nuevas oportunidades no van a llamar a tu
puerta pidiendo una cucharadita de azúcar.
4. Nunca te rindas. ¿Cuál es la diferencia
principal entre la gente que tiene éxito y la que no lo tiene? La diferencia no
es que unos nunca hayan tropezado ni fallado, sino que han seguido persiguiendo
sus objetivos a pesar del contratiempo. Mientras sorteas los obstáculos que con
certeza aparecerán en tu camino, tendrás que variar el curso de éste o incluso
el lugar de destino. Pero nunca abandonar, ya que eso sólo conducirá a un
fracaso garantizado.
5. Tómate un respiro. Diversas
investigaciones han mostrado que si estás estudiando para un examen, intentando
ponerte en forma o trabajando en un proyecto, alcanzarás mejores resultados y
con mayor celeridad si intercalas periodos de intensa concentración con
momentos de descanso.
6. Deja huella. En un mundo que cada vez más
está plagado de artículos producidos en masa, la gente creativa y con
iniciativa es la que consigue dejar su sello personal. Además, ser productivos
y ayudar a los demás es algo que nos hará felices, sólo debemos encontrar la
manera a través de la cual nos sentimos más cómodos haciéndolo. Mira a tu
alrededor, piensa cómo puedes contribuir y ponte manos a la obra.
7. Emprende algo nuevo. Con pequeñas
variaciones, lo que hacemos cada día en nuestra rutina diaria es una repetición
de lo que hicimos el día precedente. Los hábitos son importantes para muchas
cosas, pero también ciegan nuestras posibilidades de crecimiento. Hacer cosas
nuevas nos alegrará, ya que nuestra vida se quedará estancada si repetimos lo
mismo una y otra vez.
8. Rompe con los viejos hábitos. Nuestros
cerebros buscan patrones de comportamiento mecánicos y nos resulta muy difícil
acabar con ellos, especialmente cuando nuestra mente relaciona hábitos
perniciosos con la satisfacción o el placer. Sin embargo, estos patrones son
una tendencia, pero no una necesidad. Con la valentía y la fuerza de voluntad
suficiente se puede acabar con un hábito insano. El compromiso será fundamental
para hacer borrón y cuenta nueva.
9. Expresa tu gratitud. Como individuos
tendemos a pensar que somos agentes independientes, autosuficientes y
autónomos, pero nada más lejos de la realidad. Dependemos de nuestro entorno
para todo y todo se lo debemos a los demás: la comida que comemos, lo que hemos
aprendido, lo que nos ha sanado en un determinado momento o lo que nos ha
entretenido. Es importante mostrar nuestra gratitud y devolver el favor
prestado.
10. Ama con sinceridad. Como decían los
Beatles, “love is all you need”. El amor es la silenciosa disciplina que presta
atención y cariño a la gente que nos rodea, y según la cual cada uno da lo que
recibe y viceversa. Acoge cada momento de tu vida con amor y sé receptivo a
todo lo que venga. La felicidad tiene muchas más posibilidades de triunfar en
esas circunstancias.
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