122.6.13. Lo que ilustra nuestras vidas no son imágenes acopladas a nuestra retina, eso pasa; son sentimientos y emoción, son canciones con su música y sus letras, son novelas y versos, son sonrisas y lágrimas. Lo que ilustra nuestras vidas es lo que nos rodea más allá del materialismo absurdo que trata de acapararnos.

Comentarios

  1. Cada cual es como común y generalmente se expresa; No hay que alargarse más en el tiempo; Es suficiente lo conocido de ti por medio de tu blog, en el presente y tiempo atrás. En Andalusia –hablando con la s propia– se suele decir: ‘tú eres de los míos’; Cada día te das a conocer más y por ello y la sinceridad que no ocultas en tus escritos… ‘Enhora buena machote’. Si todos nos abriéramos y actuáramos en consecuencia ante la Sociedad y sobre todo en camino del buen fin –como tú lo ejerces a diario– ésta sería distinta, o sea, bastante mejor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias J por esos comentarios tan cercanos. Entre todos TODO sería diferente.
      Un abrazo

      Eliminar
  2. Una cosa es la verdad vivida por la persona sincera; Otra cosa es la mentira utilizada por ciertos sujetos falsarios. Mas las dos cosas aparte son, si lo que se siente, se sabe o se piensa sobre diversas cuestiones, no se pueden o más bien no se deben exponer públicamente. Todo ello, bien por unas u otras personas, se vive a menudo, pero no olvidemos hay silencios que llaman y otros que esperan los momentos para darlos a saber de manera personal. Estos últimos, por deseos de las partes interesadas, no deberían dejarse pasar, ya que alivian lo particular y así se dan a conocer mejor y entre sí los autores de cuanto pueda ser exclusivo entre ambos.
    “¡Qué raro lo que dices!. Sí, pero tú me entiendes, ¡a que sí!”. Es ello algo que raramente suele usarse para privación de lo particular.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29