Dice la Biblia que...
«No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y
herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien
tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones
que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu
corazón.
»La
lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará
luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la
luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!». (Mt 6, 19-23)
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