'Así funciona el Ego' por Wayne Dyer


1. NO TE SIENTAS OFENDIDO.
Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte.
Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres.Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR.
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suere que tú. Tú no eres tus victorias.

3. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN.
Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: "No soy tu esclavo".
Pregúntale: "¿Quiero ser feliz o tener la razón?".


4. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento.

5. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS.

Por mucho que logres y adquieras tu ego insistirá en que no es suficiente.Como dijo San Francisco de Asís: "...es en dar cuando recibimos".

6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS.
Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo es cuando abandonas la paz.

7. LIBÉRATE DE TU FAMA.
La fama que tienes no está localizada en ti sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella.
Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas te habrás desconectado de la verdadera intención.

ASÍ FUNCIONA EL EGO.
WAYNE DYER
El poder de la intención

Comentarios

  1. Es curioso, en el transcurso de mi Vida —comenzaré a escribir en adelante y en todo espacio que lo haga, Vida con mayúscula, porque he aceptado que así lo es para mí— me han ocurrido muchas cosas curiosas y más que curiosas, no las voy a contar aquí. De las más … normales, una me ocurrió hace unas horas: … Misa por un amigo difunto, no cabía el personal en la iglesia y a algunos nos animaba el párroco para subir a un pequeño espacio de la primera planta; … Estábamos diez personas, en despacho contiguo habían unos sofás y pasamos solamente un acompañante y yo; Estando sentados, comenzó la misa, continuábamos charlando sin ánimo de presenciar la celebración… se me fue la vista a la pared lateral y había un letrero de papel en el que leí: ‘A QUÉ ESTÁS ESPERANDO’. Pensé, entonces, que yo había ido para estar en misa y no ajeno a ella. Me levanté y me situé frente al Altar y ya había comenzado la misa. Mi acompañante siguió mi ejemplo porque le vi cerca de mí. Durante la celebración miré más de una vez la frase y no me explico el por qué estaba allí.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27