32.2.13

32.2.13. Las palabras escritas se ven y se leen, por eso no siempre lo escrito es lo que uno lee sino lo que no ve.

Comentarios

  1. A veces me son curiosas ciertas frases oídas en la época en la que aún habitaba en mi tierra (Graná).
    Una de ellas: ‘Bueno, pero tú me entiendes, ¿no?. ¡Sí!. Bueno pues… ala… vale.
    ¡Que sosos son los granaínos!, he oído pronunciar ante mí, ausente el autor de saber que yo lo soy. Nunca esto me ha desagradado, ya que más bien soy un nómada, porque en mis años he vivido épocas en seis lugares distintos dentro de las provincia Granada, Córdoba y Madrid (Ugijar, Granada, Turón, Fondón, Pozoblanco y Getafe). La vida, que es un fandanguillo de Huelva.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29