Siete estrategias para alcanzar el éxito (personal) en 2013.


Publicado en El Confidencial.
El inicio de un nuevo año es sinónimo para muchos de nuevas promesas, retos y un sinfín de propósitos con el objetivo de mejorar la construcción de nuestro proyecto vital. Como si de un ritual se tratase, año tras año se repiten las promesas de dejar de fumar, comenzar a hacer deporte, ganar dinero y, en definitiva, alcanzar las mayores cuotas de felicidad posibles. Para lograr el éxito y mantenernos motivados en esta búsqueda constante del bienestar, impidiendo así que todos los nuevos propósitos caigan en saco roto durante este 2013, es necesario adoptar una serie de estrategias claves que nos serán de gran ayuda.
Ponerse metas claras y alcanzables
La búsqueda de la perfección puede ser el camino del fracaso y la frustración. Si los retos que nos planteamos son a todas luces inalcanzables, no lograremos avanzar ni un ápice hacia las metas que nos pongamos. En cambio, si uno va marcándose pequeñas metas hacia culminar en un objetivo mayor será más fácil motivarse e ir progresando poco a poco. Realizar acciones concretas, hacer un calendario con fechas y objetivos a corto, medio y largo plazo puede ser de gran ayuda. La adecuada planificación y la claridad de las metas son dos de los pilares básicos para alcanzar el éxito, por lo que es necesario estar muy seguro y haber reflexionado lo suficiente antes de emprender un reto.
Para una correcta planificación es imprescindible aceptar el actual estado de las cosas, máxime en el contexto de la actual coyuntura socioeconómica. Esto supone que no se debe negar la realidad, pero tampoco idealizarla.
Establecer prioridades
Una vez que se tengan claras todas las preferencias vitales para este 2013, ya sean económicas, de crecimiento personal o físicas, es preciso establecer un orden de prioridades. A la hora de alcanzar el éxito, “menos es más” y será más productivo ir objetivo por objetivo, hasta alcanzarlo, que abarcar todos a la vez y acabar el año sin haber conseguido ninguno. La serenidad es una de las claves para que la motivación no decaiga. Por ello debemos tomarnos los procesos con calma, ya que requieren tiempo y esfuerzo.
Flexibilidad
Obsesionarse con una meta puede ser peligroso y provoca que tropecemos siempre en la misma piedra. Nadie sabe de antemano cuál es la estrategia perfecta para conseguir un reto, además de que lo que funciona para unos puede suponer un fracaso para otros. Por tanto, deberemos ir probando diferentes fórmulas para mejorar y evitar posibles errores que nos ayuden a pulir la estrategia que mejor se adapte a nosotros mismos y a nuestras metas particulares.
Comenzar por desechar los malos hábitos
Los teóricos de la psicología positiva defienden que, para adquirir buenos hábitos, la clave está en cambiar primero los malos hábitos. Aunque parezca un juego de palabras, esta premisa advierte de que los peores enemigos que nos encontraremos en el camino de la búsqueda del éxito somos nosotros mismos.
El crecimiento personal implica comenzar a hacer las cosas de diferente manera y por esto debemos apasionarnos al pensar en el cambio. Para ello hay que potenciar las emociones positivas, celebrando y destacando los pequeños logros que vayamos alcanzando, lo cual nos dará fuerza para seguir adelante.
Confiar en uno mismo
Enlazando con la estrategia anterior, para cambiar de hábitos y mantenernos motivados lo primero y más fundamental es confiar en uno mismo. Esta actitud nos servirá de protección para sortear los malos momentos y salir indemnes de los golpes bajos. La confianza es una barrera contra los temores y miedos al fracaso, por lo que es una compañera indispensable para alcanzar cualquier meta que nos propongamos.
Proactividad
Ser proactivo y tener claros los objetivos en la vida son dos cuestiones que deben ir de la mano. Tomar el control de nuestras vidas y hacer todo lo posible para cambiar o mejorar. Llevar siempre la iniciativa para que la realidad no nos sobrepase y asumir responsabilidades para hacer que las cosas sucedan son dos virtudes necesarias para alcanzar el éxito. Además, la proactividad nos permite improvisar cuando surjan dificultades para salir airosos de los problemas que se nos presenten.
Buscar ayuda cuando sea necesario
A muchas personas les cuesta pedir ayuda a los demás, ya sea por falta de confianza o porque simplemente creen que no es lo correcto. Aunque no lo parezca, saber cuándo y a quién pedir consejo, sobre todo en los momentos de mayores dificultades, puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Comentarios

  1. Paso a paso hasta concluir:
    Si aplicando la dimensión del tiempo que hemos creado tenemos que definir el presente con palabras, solamente nos daría tiempo para decir: ‘Ahora’; y para medirlo un segundo. He ahí el presente y cuánto dura, mas a partir de ello se inicia nuestro futuro. Más aún, entre el pasado y el futuro no se da espacio material para el presente, por lo que se podría decir que este no lo es. Materialmente no hay presente ni futuro para quien fallece, solo el pasado y el principio, si se tiene en cuenta que es a este último a dónde vamos.
    J.

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  2. No solemos pedir ayuda y menos a personas desconocidas porque nos da miedo la respuesta, es que hay gente para todo.

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