Los hay que intentan constantemente someter a los demás. Los hay que intentan hacer sentir al de enfrente débil, inseguro. Los hay que tratan de humillar al resto por creerse por encima del mundo. 
No lo consiguen, simplemente pueden intentarlo, nunca hacerlo. Nadie es más que nadie.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30