¿Qué pensaríamos si nos obligasen a pensar? O ¿por qué no pensamos, sin que nos obligue nadie, o repensamos o nos replanteamos nuestros pensamientos más actuales? A lo mejor estamos convencidos de algo que es irreal desde hace tiempo, o tal vez nuestras convicciones sean equivocadas.

Debemos removernos por dentro si queremos cambiar las cosas. Remover nuestra mente es remover nuestra conciencia. Por ahí debemos comenzar.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30