Dice Jaun Carlos Cubeiro sobre el Quijote.





El Quijote (el maravilloso relato escrito por Cervantes, basado en la vida de San Ignacio de Loyola) nos enseña a desarrollar la valentía (“¿no sabes tú que no es valentía la temeridad?”), la audacia (“el valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad”), la voluntad (“a Sancho le vino en voluntad y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él”), la amistad (“amistades que son ciertas nadie las puede turbar”), la honestidad (“al bien hacer nunca le falta premio”), la esperanza (“más vale buena esperanza que ruin posesión”), el conocimiento (“el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”), el amor (“el amor nunca hizo ningún cobarde”) y por supuesto la libertad (“la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”); nos enseña a evitar la envidia (“¡Oh, envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!”) y el materialismo (“el mayor cimiento y zanja del mundo es el dinero”), a escribir (“la pluma es la lengua de la mente”), a labrarnos nuestro destino (“cada uno es artífice de su propia ventura”), a predicar con el ejemplo (“bien predica quien bien vive”), a contar con una clara identidad (“yo sé quién soy”). Y, en los tiempos que corren, a apreciar el optimismo y la esperanza: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”; “Después de las tinieblas, espero la luz”.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29