Nos hemos acostumbrado a medir nuestro estado de bienestar, nuestro éxito, sólo por la cantidad de cosas que poseemos, por el dinero que tenemos: por lo material. Es un verdadero error, un auténtico disparate. Debemos medir nuestro bienestar por nuestras relaciones con los demás, por lo que somos capaces de dar, por nuestra sabiduría, por ese entorno que nos acompaña, por lo que nos aporta un crecimiento espiritual, por tener la posibilidad de despertar cada día y dar gracias por ello... es lo que nos llevaremos, lo material igual que viene se va.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29