Querido hijo...


No se puede tener todo. Si se tiene todo, no se desea nada. Si no se desea, no se valora. Si no se valora, perderemos el encanto del sacrificio por conseguirlo. Si perdemos ese encanto, perderemos el encanto de la esencia de la vida que es: valorar lo que conseguimos.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30