La realidad que hay ahí fuera nada tiene que ver con la que hay aquí dentro. Podemos cerrar los ojos o mirar hacia otro lado, así no avanzaremos nada. Podemos pitar, gritar o protestar, así no nos moveremos. Es mejor bajar, tocar, sentirla, tratar de que te afecte lo justo como para ser capaz de buscar los caminos que corrijan esta situación que entre todos creamos. Es hora de aunar esfuerzos y mirar hacia delante. Es hora de comprometernos.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30