Recuerdo que muchos de aquellos que creyeron liderar multitudes, terminaron por ser incapaces de liderarse a sí mismos; y algunos a los que menospreciaron, acabaron liderando países.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30