Al hombre le cuesta renunciar, nos cuesta renunciar. Somos egoístas y renunciar a algo nos causa dolor y frustración. Renunciar a lo material, a parte de nuestro tiempo para dedicárselo a otros; renunciar a comodidades, renunciar a 'ser'. Tal vez por eso, porque no somos capaces de aprender a renunciar, no llegamos a encontrar esa verdadera felicidad que todos buscamos.

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