Jóvenes JMJ vs jóvenes 'pelagatos'.
No soy un seguidor del Papa Benedicto XVI, entre otras cosas porque no me siento católico aunque sí humilde judeocristiano. Creo en El Eterno no por obligación, ni por mi educación, sino porque así lo siento tras una vida en la que sólo puedo mostrar gratitud cada día por el hecho de haber vivido, de haber superado pruebas, de haber caído y levantado, de tener el privilegio de poder servir a los demás desde mi responsabilidad pública y tratar de mejorar la sociedad, de ser libre y trabajar para que todos, todos, cada día sean un poco más libres, de haber tenido la experiencia suficiente como para distinguir lo bueno de lo malo. Es mi opinión, aunque entiendo pueda ser contraria a la que otros tienen, pero tan respetable una como otra.
Defiendo que la religión, en su conjunto, debería formar parte de la educación de nuestros hijos por ser un pilar más en la tradición y cultura universal, en la raíz de nuestro ser; por ser base fundamental para la convivencia en tolerancia en un mundo en el que la multiculturalidad y la multiconfesionalidad es una de las características sociales más importantes. Por eso creo, cada vez más -y sobre todo cuando veo y leo, estos días, ciertas declaraciones de esos grupúsculos verduleros y dicharacheros, minoritarios, de esa izquierda rancia y retrograda que todavía existe en nuestro país- que el futuro de España y el futuro de otros países depende de jóvenes como los que estos días asisten a la JMJ.
Porque las mujeres y hombres que yo quiero, que yo deseo, llevando las riendas de mi país, dirigiendo las instituciones que nos representan o, por qué no, el futuro del mundo que viviremos -si así lo permite el Eterno- son esos chavales -u otros como ellos, con otras creencias pero con iguales valores- y no esos otros pelagatos melenudos, voceros de no sé qué ideas, que viven del antitodo y contratodo, que prefieren excluirse a remangarse y arrimar el hombro para que esto vaya adelante.
Tratare que mi hijo se forme en esos valores, que representan esa otra mayoría de jóvenes, que salen a la calle en libertad, respetando al resto, para mostrar al mundo sus creencias, sus valores, su educación. Que se mojan de verdad.
Trataré que mi hijo se forme en libertad, que conozca lo uno y lo otro, que sepa lo que es el esfuerzo, el sacrificio y la responsabilidad. Que sepa que para poder exigir hay que dar primero.
Trataré que mi hijo se eduque sabiendo que cruzado de brazos, a grito pelao contra todo y todos, no se soluciona ni se llega a nada en la vida.
Sinceramente, prefiero que mi hijo se vea reflejado en esos que creen en Algo, que en esos otros que no saben ni en lo que creen.
Es mi humilde opinión.
Creen que intimidan con sus voces y golpes, pero en realidad tienen miedo de las conciencias que manifiestan su alegría sin pudor y sin temor.
ResponderEliminarBravo: otro que alardea de tolerancia, pero que descalifica a todo el que no piensa como él como pelagatos, melenudos, izquierdistas y rancios.
ResponderEliminarLe recuerdo que los manifestantes a los que insulta estaban legalmente autorizados, además de ser el derecho de manifestación un derecho reconocido por la Constitución. Aunque claro, los de su partido consideran que la Constitución es un folleto con recomendaciones.
Por último, quisiera señalarle que un país tan poco sospechoso de ser izquierdista rancio como los Estados Unidos ejerce una separación muy tajante de lo que es la Iglesia y el Estado, que no es otra cosa que lo que reivindicaba la manifestación.
Suscribo una por una las palabras de anónimo, sin conocerle. Y querría que el creador de este blog y de esta entrada fuera tan cristiano y tan generoso de poder elevarse por encima de los prejuicios impuestos y reconocer que no sabe de qué color es cada una de las almas que salen a la calle a pedir justicia. No somos quiénes, ni los agnósticos, ni los indignados, ni los paleontólogos, ni los cristianos, ni los músicos ni los psiquiatras, para sopesar con justicia y certeza las motivaciones y la razón del otro.
ResponderEliminarNos parecemos mucho más de lo que nos hacen creer. Pedimos las mismas cosas, y nuestro afán de justicia, nuestra petición de solidaridad humana, podría sostenerse por jóvenes de los dos bandos en los que quieren dividir nuestra sociedad. No cedamos al impulso de dividir ni de demonizar al otro por sostener creencias opuestas a las nuestras, predicad con el ejemplo.
Por favor, escribe lo que quieras, pero no eduques a tus hijos en la certeza de una verdad absoluta o de la condena al otro por ser diferente. Te dejo mi particular visión de las cosas, con la esperanza de que puedas reconocer en silencio, en tu interior, que algunos sí tenemos claro en lo que creemos y que no está ni mucho menos tan lejos de lo que vosotros pedíais en origen.
Un abrazo y mi más profundo agradecimiento por el esfuerzo que sé que harás, siendo cristiano como eres, por ponerte en el lugar del otro, tu prójimo.
http://grandesesperanzassxxi.blogspot.com/
Estos jovenes son impresionantes, se les puede sentir brillar desde cualquier lado.
ResponderEliminarLlevan la bandera mas hermosa que existe y no se averguenzan de ello. Dios esta con ellos y eso se nota a la legua. y los demas lo notan tambien.
De los otros, que decir. Que es una pena que lleven luchando contra el fascismo toda la vida y ahora se parezcan tanto a ellos.
Un abrazo y gracias por exponer tu opinion tan clara, tan exacta.
Debería simplemente no escribir, pero no puedo estar mas en desacuerdo. Esto hace honor a la etiqueta ..
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