Defenderé siempre a los que desde lo humilde, sin 'engreimientos ni crecimientos', con trabajo y tesón, sin llamar la atención, no subestimando al adversario pero trabajando para sí, poco a poco, llegan arriba. Esta gente, sean atletas, futbolistas, otros deportistas, empresarios, políticos o personas de a pie, merecen todo mi reconocimiento. Aquellos que llegan a la cima aupados por el regalo de otros, que ni valoran ni sienten lo que tienen, porque no les ha costado ningún esfuerzo, merecen mi respeto, faltaría más, pero poco mi apoyo (tampoco lo necesitarán).

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29