Querido hijo...

Respeta al extranjero siempre, pues es hombre como tú, con iguales derechos. Su tristeza, posiblemente, es haber tenido que abandonar su tierra. Quién sabe si algún día, hijo mío, te ves tú obligado a buscarte la vida en la suya.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cristianismo de moda, christiancore, o síntoma