Vivimos en un mundo perverso, competitivo y casi absurdo. Pero es el que hemos hecho. Ahora de nada vale quejarnos y lo único positivo es dar pasos adelante para, entre todos, intentar cambiarlo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30