Ser padre es lo mejor que te puede pasar en la vida; ser un buen padre es la mayor responsabilidad que puedes tener en tu vida; que seas reconocido por tu hijo como buen padre, como referente y ejemplo, es el mayor homenaje que puedes recibir en la vida.

Y es en ese instante, cuando te conviertes es padre, cuando verdaderamente valoras, encumbras y entiendes esa figura que te seguirá como ejemplo siempre.

De mi padre llevo conmigo cientos de virtudes y algún que otro defecto, pero sobre todo el haber aprendido lo más importante de la vida: a ser eso, un buen padre, una buena persona; a ser disciplinado y exigente conmigo, a entender que sin esfuerzo no se consigue nada y a ser respetuoso con los demás. Si mi hijo aprendiera y se llevase sólo esto, me daría por satisfecho.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30