Sentir empatía con una persona, con otra persona, es ponerse en su piel, en su lugar, en sus zapatos; es solidarizarse con sus penas y alegrías, con sus miserias o felicidad. Yo, normalmente, empatizo con muchos y, creo, convierto sus problemas en mis problemas y eso... por muy solidario que parezca, no siempre es bueno.

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