Sentir empatía con una persona, con otra persona, es ponerse en su piel, en su lugar, en sus zapatos; es solidarizarse con sus penas y alegrías, con sus miserias o felicidad. Yo, normalmente, empatizo con muchos y, creo, convierto sus problemas en mis problemas y eso... por muy solidario que parezca, no siempre es bueno.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30