Uno sueña también despierto. No lo hace a menudo, pero sé que de vez en cuando me ocurre. Ni siquiera quiero saber en qué momento vivo soñando o vivo despierto. No me apetece saberlo. Un día me di cuenta porque me sentí demasiado feliz y me duró unos instantes. Otra mañana pensé que soñaba pero estaba viviendo una incómoda realidad. Desde entonces no sé si sueño o vivo, si vivo soñando o si soy parte del sueño de una vida.

Comentarios

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30