En este instante pensaba que hace muchos años que no me aburro. Creo que la última vez que me aburrí sería allá por los 13 ó 14 años, cuando mi única obsesión era ligar con chicas mayores que yo y, al no conseguirlo, me sobraba demasiado tiempo.
Ahora que me dedico a temas mucho más enriquecedores y trascendentales, me faltan horas.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30