Querido hijo...
Crecerás, te harás mayor y olvidarás muchas cosas. Cuando tengas ocasión, fíjate en la sonrisa de un niño pequeño, en sus primeros pasos, corriendo en la calle, en un parque. Ese instante de felicidad para él, te generará la sonrisa y la ocasión feliz de recordar a tu hijo cuando vivía ese mismo momento. No desperdicies nunca éstas oportunidades, a lo mejor tu padre desperdició muchas.
Acordarnos del día en que todavía éramos felices, salvo que no lo seamos aquí y ahora.
ResponderEliminarSaludos José Luis
Jaal