Leo por ahí que en España hay 656.000 casas terminadas sin vender, 290.000 en construcción, 360.000 en obras paradas junto a una deuda de 400.000 millones de euros. ¿Quién va a pagar?
Y es que se ponen los pelos como escarpias de pensar no ya en la situación que tenemos los que estamos, mal que bien o bien que mal, sino por la situación que estamos generando a los que vienen detrás: los jóvenes, nuestros hijos.
De momento se me ocurre una solución imprescindible e importante: cambio de gobierno.
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