Salpicado de sal, de arena...

Salpicado de sal, de arena
arropado de sol
de esos que invitan a elevarte
a abrazarlo
a esconderte del deseo
aquí
dormitando las vueltas
que del día a día, del año,
así
en esta trinchera mía
ajeno a otras pieles
que merodean
perdido en mis ideas
que nunca mejores
pero mías
así
aquí estoy
aquí me encuentro
con este perfume a mar
con esta lengua amarga
que me acaricia
mientras despierto
sobre la espuma
de esa ola
que es mi vida.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27