Segundo a segundo voy tejiendo mi vida. Ajeno a pensamientos y comentarios de unos y otros decido cada paso que doy. Con tropezones, con aciertos y desaciertos voy salvando las lindes que se cruzan. Me encuentro en uno de esos momentos en los que mis caminos se anudan en una madeja sin dejarme elegir.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30