Una de las cosas que menos aguanto en un hombre público, político, es una sonrisa falsa de panoli en cualquier situación y a cualquier hora del día. Eso muestra su falsedad, su propia mentira. Que no me digan a mi que en ciertos momentos la sonrisa sobra.
Los hombres sinceros son esos que de vez en cuando sonríen y de vez en ccuando están serios, porque no fingen ni lo necesitan, son como son; esos hombres que a veces te dan una mala contestación porque han de dártela, esas personas -políticos o no - que se muestran tal como son porque así son, sin fingimientos. De falsos está lleno el planeta, así nos va.

Comentarios

  1. la sonrisa dibujada no es sonrisa, son bufones!!!!!!
    tenes que leer "el hombre que rie" de Thomas Mann.
    Abrazo

    ResponderEliminar
  2. He comprobado que has entrado a mi pequeño y humilde espacio.Estoy contigo en tu comentario, se de lo que hablas y pienso lo mismo. Soy una persona muy amable pero cuando tengo que decir ciertas cosas, no callo y también soy muy serio cuando el momento llega o lo requiere, aunque entonces ya no sea tan simpático (para esa persona)y no es que lo sea. Hecharé un vistazo a tu blog y estaré atento a tus entradas, un saludo desde Gran Canaria!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30