Motivación: Stefaan Engels.
Junto a la firma Pronokal afronta una aventura... correr una maratón de 42,195 kilómetros cada día durante un año.
- ¿Por qué?
-Me gustan los retos y llegar al límite. Me viene de la infancia, en la que no podía hacer ningún deporte porque tenía asma. Eso me frustró mucho. Pero la medicina mejoró y aquí me tiene.
-Sin vida personal, ¿no?
-Tiene usted razón. Durante un año no podré tener una vida normal: no dormiré en mi casa, no tendré un trabajo de 8 a 3.
-Físicamente ya veo que está preparado pero, ¿cómo se prepara psicológicamente?
-Es mejor no pensarlo y vivir el día a día. Empecé el 5 de febrero y fíjese, ya estamos en abril. Además, la gente se estresa mucho más si tiene que hablar con su jefe, que yo corriendo.
-Le veo y no puedo evitar pensar en Forrest Gump...
-Lógico, la verdad es que este personaje fue mi inspiración. Cuando empecé en Gante, este año, me acompañaron unas cien personas. Y en lo que llevo de año, calculo que habré corrido con más de 3.000 corredores.
-Cuando está corriendo, ¿en qué piensa?
-En nada, pienso lo mínimo. La verdad es que correr con la gente es bonito, pero algunos hablan demasiado. Me preguntan de dónde soy, adónde voy...
-... Y se aísla con la música.
-Sí, tengo más de 10.000 canciones en mi iPod. Me da igual el tema, aunque cuando estoy terminando el maratón prefiero rock.
-¿El mejor momento?
-Cuando ni te das cuenta de que estás corriendo. Es una sensación muy especial: se liberan las endorfinas y te sientes absolutamente feliz. Es una sensación totalmente liberadora. Lástima que suceda pocas veces.
-Perdone, correr más de 42 kilómetros todos los días me parece un sacrificio, ¿en qué le compensa?
-Tengo un estilo de vida que es un lujo: puedo dormir mucho, comer lo que quiera porque pierdo muchos kilos cuando corro, viajo por todo el mundo... ¿Cree que me puedo quejar? La única limitación es no tener un fin de semana libre.
-¿Cuándo va a parar?
-Cuando consiga el récord Guinness. Si todo va bien, el 5 de febrero de 2011. Sin embargo, los médicos me recomiendan que no pare en seco porque podría ser perjudicial, así que seguiré corriendo, pero a menor ritmo.
-¿Y vacaciones?
-Lo estoy deseando, y serán largas, se lo aseguro, al menos cinco años sin correr. Seré un embajador de la vida sana.
Con firma propia
Profesión: corredor de maratón
Nació: en 1962 en Gante (Bélgica)
Por qué está aquí: correrá 365 maratones en 365 días seguidosen ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao...
A mí estos retos me parecen aberraciones aberrantes. Ahora cada cual haga lo que quiera...
ResponderEliminarSera un embajador de la vida sana y va a estar 5 años sin correr,eso si que no debe ser sano...un tipo contradictorio y que no ama la vida sana sino a si mismo y a su ego...que peligro tiene este tipejo que va predicando lo contrario de lo que luego es...que lo disfrute porque le va a durar poco si es que lo consigue,pues un tal Ricardo Abad le quitara la marca y ese si que ama el deporte,ha realizado 150 maratones en 150 dias y no se ha retirado 5 años a dormir,sigue corriendo y seguira siempre,porque es un estilo de vida no una obligacion que se impone para ser famoso y adquirir notoriedad quien sabe con que fines como el Engesl este,que mal me cae y de motivacion:0
ResponderEliminarEso no es deporte ni es running, ni amor a Maratón ni nada que se le parezca. El verdadero reto es cuidar al cuerpo para poder hacer esto por muchos años, incluso con sesenta o setenta años (desde aquí un homenaje a los dos abuelos cabrones que me adelantaron tres veces en el medio maratón de Moratalaz con 62 y 74 años, y en las subidas), eso si que es un reto. Esta gente se castiga articulaciones, grupos musculares, corazón, hígado, todo al máximo, y por algún lado se van a romper. Son un mal ejemplo, el uso imprudente del deporte.
ResponderEliminarRicardo Abad tiene un reto idéntico y por lo tanto igual de absurdo.
Esto es como en la parábola de los talentos: esta gente tiene un "talento" natural para correr, mucho y en buen estado, y lo están malgastando en estas imprudencias. Cuando llegue el momentode rendir cuentas lo pasarán mal.