Dice Alfredo Varona que...

"La realidad es que el maratoniano no corre buscando el aplauso de la grada como le sucede al futbolista, al torero o al artista. No, el maratoniano se adapta a condiciones más específicas y silenciosas; el maratoniano, en realidad, trabaja para si mismo, y es eso lo que lo mitifica. Es un inmenso negocio con su propia voluntad que se puede trabajar a fondo y no recibir a cambio más que la satisfacción íntima de sentirse a gusto con uno mismo. Porque esa soledad y ese deseo cumplido tiene un gran valor moral, probablemente valga más que un día en el paraíso."

Este suspiro va dedicado a todos vosotros, a todos los miles de valientes que hoy participan en el Maratón de Madrid. Felicidades, ya, a todos vosotros.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

SIMBOLOGÍA: 'EL OJO QUE TODO LO VE'

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.