Y entonces abres los ojos...

Y entonces abres los ojos
te alzas contagiado por la memoria
que ayer mismo
había sido incapaz de recordarte
antes del sueño.
Buscas y rebuscas
en un combate brutal
frente al olvido
que como una jaula
deja postergada libertad
que se adueña de cada mal paso.
Y crees que no ha pasado
lo que sí ha pasado
porque prefieres comenzarte
de nuevo
en otro día
en otro año.
Y cierras la puerta de tu memoria
como tabicaste anoche los ojos
con ella el olvido
porque así será otro día
de otro año.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30