Combato los excesos de mi vida...

Combato los excesos de mi vida
con mercenarias tristezas
que no preguntan ¿cuándo mueren?
que ni saben ni sienten
que ni siquiera saben
si aparecen.
De este modo prefiero
en los largos apagados días
reconocer las asperezas
las somnolientas vigilias
para encontrarme
en el confesionario con mi alma
y evitar así
cada caída.

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