'Los hombres que no amaban a las mujeres', de Stieg Larsson



Estos días de atrás he terminado de leer el libro de Stieg Larsson 'Los hombres que no amaban a las mujeres'.

Me negaba por completo a ser un lector más -de los ya millones- de otra novela envuelta en campañas publicitarias tremendas y, aparentemente, baja de calidad. Tanto marketing -película incluida- no me seducía más que para hacer todo lo contrario de lo que finalmente he hecho. Comenzaron a aparecer las críticas, las reseñas de lectores anónimos, la desgraciada historia del autor... todo un proceso que iba captando cada día más defensores del libro y que, además, iba generando el ansia por leer cada uno de los volúmenes siguientes. Fenómeno literario, novela de culto.

El exceso de estres y recomendaciones varias me convencieron. Por fin, hace unas semanas, me perdí entre las páginas del texto e intenté -o al menos comprobé- qué es lo que estaba produciendo tanta admiración para miles, millones, de personas. Esta semana me he dado cuenta. He terminado de leer este primer volumen de la trilogía de este fallecido escritor. Un libro fantástico, una novela increíblemente construida que ha conseguido algo difícil: engancharme hasta el final, dejarme un sabor dulce tras la lectura de la última página. Me ha encantado. Me duele reconocerlo: me ha encantado de verdad.

Seré de los últimos que haya leído este primer volumen y ya estoy pensando en devorar los dos siguientes... Creo que es una novela atrevida y, sobre todo, entretenida. Capaz de hacerte vivir, pensar y, lo importante, desconectar.

Entre tanto personaje, tanta investigación, tanta acción y dolor, tanta vida... me quedo con una frase del libro, ya en el final, tierna y que esconde una de las esencia de la vida: "Repentinamente comprendió que el amor era ese momento en el que el corazón quiere salirse del pecho".

Y mi personaje favorito: Lisbeth Salender.

Ahora ya puedo ver la película...

Comentarios

  1. Sin dudarlo, lo busco para leerlo, gracias por tu crítica, es bien recibida.

    Saludos,

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