No nos conformamos nunca con nada, ese es el peor de nuestros defectos. Caminamos, andamos, corremos como locos tras aquello que tenemos tan cerca que está dentro de nosotros mismos. ¿Cuál es la esencia de nuestras vidas? ¿Qué es lo que verdaderamente queremos? ¿Qué nos hace felices? ¿Qué momentos, qué instantes y cuántos nos sentimos inmersos en esa felicidad? Si nos detenemos, si paramos aunque sólo sea un segundo, nos daremos cuenta de que esos momentos siempre son los más simples y los más sencillos. Los tenemos, los poseemos. ¿Para qué mas?

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