Claro
que cuando todos miren
ya me habré apagado.

Y ojalá no sepa cuando
ni cómo
ni dónde
ni en qué segundo
ni en qué silencio

ni siquiera pensar que llegue
tal momento.

Y llegará seguro
tal vez tarde
o será pronto
sin aviso
sin lamento
sin descubrir siquiera
el dolor de su nombre.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29