Lentamente camino hacia el olvido
de cada uno de estos días
de cada una de esas voces
que se agarran a mis oídos
sin quererse soltar.

El olvido
este hecho que intensifica el presente
que mitifica el futuro
respondiendo así a esa memoria
que nos martiriza los días.

El olvido es esa caja
que tapada con arena
guarda nuestro esqueleto
apartándolo del peso de la vida.

Y caminamos todos hacia lo mismo
hacia eso que se expresa en un suspiro
en una lágrima perdida
en una canción
en este poema que se revuelve
y que permanecerá como yo:
en un cajón
en el olvido.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30