Ayer
mientras mi mirada
perdía el infinito
navegué entre las olas
y expliqué con mi silencio
cómo podía esquivar ese viento.

Ayer
cuando el mar me llamaba
decidí ponerle música
y colgar de cada una
de sus crestas de espuma
interminables versos.

Y así
cuando vuelva hoy
y nos veamos frente a frente
se mezclará mi silencio
otra vez
con todas sus notas
y compondremos
cada uno
nuestros deseos.

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