Han pasado las horas sin darme cuenta
en esta tarde de invierno, fría:
encerrado en mi silencio
sólo con las sombras de estos libros
escondido entre sus páginas
como huyendo de esos fantasmas externos.

Han pasado tantas horas aquí sentado
que ya no encuentro el momento
de levantarme y abrir la puerta
y dar entrada a toda esa vida
de la que he ido escapando
antes de estar muerto.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27