Escucho unos pasos tras de mí
que me siguen de continuo.
Vuelvo la cabeza
y algo trata de esconderse
de esta mi mirada,
como huyendo el cara a cara,
acurrucándose en la sombra
de mi espalda.

Escucho unos pasos tras de mi
que no soy yo
ni tampoco mi alma.

¿Quién es,
quién me persigue?

Escucho unos pasos tras de mi
que no me alcanzan
pero están cerca,
siempre,
persiguiéndome cada paso.

Oigo unos pasos tras de mí
que están vacíos
como el silencio
como el viento
pero llenos
de todas las penas.

Oigo unos pasos tras de mí
y descubro
sin darme cuenta
que son mi muerte
que me sigue
que nos sigue
y que espera ese momento
su momento.

¿Qué momento?

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