100 KM MADRID-SEGOVIA: 17h:41'... un RETO.





















En estos momentos ya conocemos algunos datos provisionales de las clasificaciones, publicados en la página de uno de los organizadores o colaboradores, el Club Ñ Ultrafondo:



El total de hombres y mujeres que tomaron salida en los 100 km cronometrados desde Fuencarral fue de: 648 (546 H y 102 M).



. Parcial Colmenar Viejo Masculino:


2h:30'.05" Posición 113 (yo)

1h:52'.44" Posición 1 (Pedro Pinto)

4h:52'.34" Posición 546 (Fernando Gimeno)



. Meta Acueducto de Segovia Masculino:


17h:41'.48" Posición 143 (yo)

9h:09'.55" Posición 1 (Pablo Vega)

23h:29'.44" Posición 337 (Fernando Gimeno)




Me siento bastante orgulloso y felicito a toda la organización y participantes. Todos los que salieron y todos los que llegaron. El mérito, sinceramente, está en llegar. 373 hombres y mujeres tocaron el acueducto en las horas permitidas para recorrer los 100 km de la prueba cronometrada (104 en total). Mi enhorabuena a Pablo Vega, una máquina total; me quito el sombrero y felicito a Fernando Gimeno porque llegó.

Han pasado ya algo más de 48 h desde que toqué el grandioso Acueducto de Segovia, el domingo 3, a eso de las 3.45 h de la madrugada. La noche era preciosa, el cielo estrellado completamente, Segovia vaciaba sus calles, pero mi único deseo era tocar esa piedra porque significaba que mi reto y el dolor que traía kilómetros atrás terminaba en ese momento.

Todavía no sé, en estos momentos, por qué lo he hecho. Y no he dejado de preguntarme el motivo por el cuál esos cientos de hombres y mujeres de edades diferentes, jóvenes y mayores, participan con asiduidad en este tipo de pruebas que sólo sirven, de verdad, para poner a cada uno en el límite de su resistencia: física y psicológica. Tal vez sea por eso, porque algunos inquietos necesitemos continuamente de retos más 'inquietos' para que nuestras vidas no dejen de ser un crecimiento contínuo.


Ha sido una experiencia personal única. Única por su dureza, por su ambiente fraternal, por su camino; un reto del que tan sólo quería saber si sería capaz de conseguir, como esos otros consiguen. Pero ha sido un reto en el que he sufrido como no pensaba, aunque era de suponer, en una pelea continua contra mi resistencia física y contra mi resistencia psicológica.


En ningún momento de esos 104 km históricos para mí, en ninguno de esos instantes de risas y dolores, pensé en abandonar. Lo único que pensaba, lo único que pensábamos, a cada minuto, a cada paso o mal paso, era terminar lo que habíamos comenzado.


24 horas sin prensa, sin televisión, sin comunicación con el mundo y sin saber de nadie más que de esa familia que siempre te espera, que se preocupa -estaba preocupada- y de algún Amigo de los que saben de esta cabezonería mía -una más-.

Para mi la prueba tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera duró desde que levanté hasta las 20 h., en el avituallamiento de Cercedilla; la segunda desde esta hora a la de llegada, algo más de 7 horas sin luz, de noche... Y digo dos partes porque en una, la primera, disfruté como un enano, corriendo por nuestros campos y montes, con esa sensación que aporta la naturaleza y que poco tiene que ver con hacerlo en la ciudad. Los kilómetros así, parece mentira, cuestan mucho menos aunque las piernas lleguen a sufrir más. La noche en la montaña, en el campo, sin luna, te hace perder referencias, te sientes más sólo y más poca cosa en este universo nuestro.


Pero como todas las pruebas y carreras que hago -en este caso más- realmente el ritual comienza la noche anterior con el ritual de los preparativos. Para esta prueba debía llevar tres mochilas: una la que llevaría encima los 104 kilómetros, pequeña pero repleta de calcetines, botiquín, agua, geles y galletas; una segunda con la ropa deportiva para la noche y una tercera con ropa seca para cambiar al llegar a Segovia (es curioso, siempre pensé en que llegaría).

A las 6h del sábado sonó el despertador. No estaba despierto así que todo indicaba que había dormido bien. A vestir, desayunar bastante fuerte y, a las 7 h cogí el coche para ir a recoger a Clemente (infatigable acompañante en estas gestas).

Como nos suele pasar siempre, a las 7.30 h ya habíamos aparcado el coche cerca de la Plaza de Castilla y creo que éramos de los primeros en llegar. Hacía fresco y el cielo estaba totalmente limpio, parecía que el día iba a acompañar. Dejamos las dos mochilas en los autocares correspondientes para su traslado a los puntos de avituallamiento y a dar vueltas mientras veíamos llegar a los cientos de atletas, hombres y mujeres inscritos en esta prueba que, finalmente, ha subvencionado la Comunidad de Madrid (nos devolvieron dinero de inscripción a los que habíamos pagado antes de septiembre y las inscripciones posteriores han sido gratuitas).

Lo de la gratuidad en las inscripciones no me parece algo positivo. De los 1000 inscritos no creo tomáramos salida poco más de 700. Siempre se debe cobrar algo -es una opinión-, aunque sea simbólico, pero que responsabilice al que se inscribe de que si ocupa una plaza otro no podrá hacerlo, y si no asiste, es poco solidario con los que sí les hubiera gustado participar y no pudieron hacer por falta de plazas.


A las 8.30 h charla técnica con últimos consejos y a las 9h, con los nervios de que ya no había marcha atrás. Primer contratiempo: se retrasa la salida por problemas logísticos a las 9.30 h. No importa.


Y comenzamos....


TRAMO I: MADRID-FUENCARRAL (0 km a 4km)


Y así fue, a las 9.30h, aproximadamente, se dio la primera salida, de 4 km, no cronometrada, hasta la calle de San Ciugat de Vallés (Fuencarral) dónde se daría la salida ya cronometrada. Estos primeros 4 km nos vinieron bastante bien para calentar. Andando, a ritmo rápido, pensando en la estrategia a seguir, observando al resto de participantes ya compañeros, charlando...

TRAMO II: FUENCARRAL-TRES CANTOS (4 KM a 16KM)


No sé a qué hora se dio el pistoletazo de salida cronometrado, traté durante todo el día de mirar poco el reloj, no quería agobiarme con los tiempos y ritmos, pero posiblemente sería sobre las 10.30 h cuando esto comenzó en serio.


La gente comenzaba fuerte. Nosotros decidimos ponernos a trotar, tranquilos, a un ritmo cómodo para hablar, comentar, reír. Estábamos ilusionados y nos encontrábamos bien.


Lo de la mochila a la espalda: un coñazo. Había que llevarla, por si acaso. Además todos los corredores portábamos los mapas y las tarjetas que había que sellar en cada punto de control. Las pruebas de ultrafondo son así aunque algunos corredores, entiendo los más experimentados y rápidos, no llevaban más que agua.


Llegamos a Tres Cantos cómodos, comenzaban los desniveles, pero no excesivos, y había alguna bajada para recuperar. El sol había salido con fuerza, hacía calor y comenzamos a predecir que sería un día caluroso.


TRAMO III: TRES CANTOS-COLMENAR VIEJO. (KM 16 a 29)

Tras parar unos minutos en el avituallamiento, beber agua y un poco de Aquarius (Clemente comenzó ya con sus 'merendolas' característicos en todo el recorrido, parecía que el día anterior no había comido, aunque creo que hacía lo correcto) salimos hacia Colmenar campo a través.


En este tramo el desnivel aumentaba considerablemente, cerca de 10 km de subida que, con un sol de justicia, nos iba provocando ya cierto cansancio. Pero íbamos muy bien, con bastante cabeza, trotando y en las subidas con mucha inclinación, andando fuerte.

TRAMO IV: COLMENAR VIEJO-MANZANARES DEL REAL (KM 29 a 44,7)

Llegamos a Colmenar bien, pero ya con cierto cansancio. Era el punto de control y avituallamiento con comida. Un plato de arroz con tomate, plátano y mucho aquarius y agua. Nos descalzamos, estiramos un poco y no creo que parásemos más de 30 minutos. Decidimos salir y aprovechar que todavía estábamos bien.

En este punto ya se comenzaba a ver en algunos participantes los primeros síntomas de cansancio.


Volvemos al recorrido, bordeando Colmenar Viejo (recorrido del día de entreno) bajo un sol que quemaba para buscar el camino que nos llevaría a coger la vía pecuaria hacia Manzanares.


Aquí el terreno, además de con inclinación (prácticamente todo el recorrido, los 100 km, han sido en subida) de sumaba la dificultad rocosa de ciertos tramos en los caminos. Había que ir muy pendiente y con cuidado de no tropezar y caer.


En este tramo tuvimos uno de esos momentos de cansancio (o pájara). Comenzaron a aparecer ciertos dolores en piernas y pies, y se nos hizo un poco largo. La verdad es que superamos el momento bebiendo un poco y comiendo plátano (jamás había comido tantos) en el punto de Manzanares.


TRAMO V: MANZANARES DEL REAL-MATAELPINO (KM 44 A 52)


Comenzamos con fuerza. La verdad es que el paisaje de estas zonas es increíblemente bello. Es una parte de nuestra Comunidad que me gusta especialmente. Pero claro, no es lo mismo ir de paseo que ir en este plan...


Este tramo fue realmente duro ya que los 8 km eran en subida. Subir, subir y subir. Cuestas interminables por el campo que nos hicieron llegar al siguiente punto algo 'mataos'.


Los pies estaban respondiendo bien, sin amenaza de ampollas que era nuestro temor. En Mataelpino decidimos hacer el primer cambio de calcetines y relajar un poco más los pies y piernas.


Aquí pararíamos unos 20 minutos, en esta plaza del pueblo dónde se habilitó el control y que tanto me gusta... Llevábamos justo la mitad del trayecto. Aguantábamos los Moreno...

TRAMO VI: MATALPINO-NAVACERRADA (KM 52 A 57)


A seguir subiendo. El desgaste en las piernas estaba siendo total. Pero parecía nos estábamos recuperando algo o, sinceramente, volviendo a animarnos tras la 'pájara' de Manzanares.


En estas zonas prácticamente los tramos de carrera eran mínimos. Era imposible -para nosotros- correr con subida permanente. La estrategia era importante para llegar en orden al final...


Este tramo, aunque corto, se nos hizo algo largo pero llegamos al punto de Navacerrada mejor de lo esperado y con fuerzas para trotar.

TRAMO VII: NAVACERRADA-CERCEDILLA (KM 57 A 66)


Este tramo estaba equilibrado en el terreno, entre subidas y descensos. Volvimos a recuperar ritmos y, verdaderamente volvimos a sacar fuerzas y disfrutar de la belleza del paisaje mientras trotábamos.


Me sentí muy bien, incluso me entró un pequeño gusanillo para aumentar ritmos. No sé, en algún momento se pasaba por la cabeza eso de terminar incluso antes de lo previsto.



Llegamos a Cercedilla corriendo, en ritmo. En el pueblo gente animando, emocionante. Parece una tontería pero los ánimos de la gente, a estas alturas de la carrera, te subían la moral y casi que las fuerzas.


Cercedilla era el punto de control con avituallamiento 'cena': un poco de pasta y líquido. También era el lugar dónde debíamos cambiarnos de ropa, para iniciar la noche que se preveía fría.


Así hicimos: comimos, nos cambiamos, estiramos un poco, cremas en pies y piernas y a por el tramo de la noche...

TRAMO VIII: CERCEDILLA-ALTO DE LA FUENFRÍA (KM 66-78)


Salimos de Cercedilla ya con la noche entrada. Serían las 20.40 h. Además de ropa adecuada debíamos llevar reflactores y linterna frontal.

No hace falta que explique mucho. Comenzamos a subir el Puerto de la Fuenfría con un desnivel expectacular. El camino era cómodo, con una buena temperatura, el cielo estrellado, precioso, sin luna, sin luz, rodeados de árboles y con esa sensación de soledad que te provoca estar en medio de la montaña.


En este tramo se nos unió Tito. Un hombre de edad cercana a los 60, mostoleño, amante de la montaña desde siempre, corredor de medias maratones y que participaba en su cuarta prueba de los 100. Nos acompañó hasta el final con su ánimo y su ritmo que además, era bastante bueno y reconozco que en muchos momentos tiró de nosotros.


En estos tramos, además de por el gran desnivel, era imposible correr, no se veía más allá de la luz del frontal (3, 4 metros).


Este tramo ya dejaba caer su dureza sobre nuestros músculos, sobre todo en piernas y pies. Los kilómetros se hacían largos, el ritmo no era alto (creo íbamos a unos 12 min/km) y a mí, personalmente, me comenzó a agobiar algo la noche, la falta de referencias.


Llegando a lo alto del puerto comencé a sentir un dolor que no era normal. Era como si los músculos que tenemos tras las rodilla, dónde se unen el biceps femoral y el músculo semimembranoso con el gemelo interno y externo, se contrajeran provocándome dolor al estirar la pierna. No sé si era (o es) sobrecarga o algo que se estaba dañando.


Aquí mi recorrido comenzaba a ser algo tortuoso.

Llegamos al punto de avituallamiento, en lo alto del puerto, y nos esperaba un sobroso caldo que nos resucitó bastante. Sobre todo a Clemente que se tomó algo así como dos basos de medio litro. Qué tío, y porque no había cocido que si no se lo come también. Así estaba luego, como una moto.

TRAMO IX: ALTO DE LA FUENFRIA -CRUZ DE LA GALLEGA (KM 78 A 92)


Comenzamos a descender. Un descenso duro en el inicio pués el suelo estaba lleno de piedras, y con tramos dónde parecía que volvías a subir para luego bajar. Comenzó, repito, mi tortura y la parte en la que reconozco haber disfrutado menos. El dolor se acrecentaba por momentos, no quería parar, no quería perder el ritmo ,aunque notaba que estaba forzando.


No había marcha atrás, no valía arrepentirse, con lo cual comencé a hacer eso que saben hago los que me conocen de verdad: el desahogo con exabructos sobre cualquier cosa. Criticaba la prueba, las piedras del camino, la noche, la subida, la bajada, que no hubiera luna, que hiciera mejor temperatura de la esperada, que mi primo se cruzara, que me picara la nariz o la oreja... todo. Ahora me río de lo que tuvieron que aguantarme Tito y Clemente. Qué paciencia.


Llegamos al punto de avituallamiento final del tramo que se me hizo más largo. Sólo bebí agua y no quise ni parar por miedo a no poder volver a mover.

TRAMO X: CRUZ DE LA GALLEGA-SEGOVIA (KM 92-104)


Tramo que comenzó por medio del monte, sin camino, bajando hacia el llano por tramos complicados y pedregosos. Dos kilómetros así... El dolor se agudizó tanto que tuve algún momento en el que me daban ganas de dejarme caer rodando. Ya íbamos como zombis, pero estaba conseguido.


Y creo que ese fue el problema. Sólo pensaba en llegar y eso provocó que todo pareciera más largo. Ver las luces de la ciudad de Segovia tan cercanas que parecía tocarlas, pero tan lejanas en distancia todavía.


Cuando entramos en Segovia, recorriendo sus calles camino al Acueducto -lugar de meta- muchos participantes que venían por detras nos adelantaban trotando. Yo ya no podía, no me daba vergüenza decirlo, no podía con el dolor dichoso.


Tito podía haber trotado algo y aumentado más el ritmo. No lo hizo. Quiso llegar con nosotros en un alarde fraternal que sólo se vive en este tipo de circunstancias.


Y llegamos, lllegamos y llegamos!!!!!


No puedo decir que disfruté de mi entrada en meta, al menos como en otras carreras. Los corredores íbamos llegando solos, uno a uno, a la meta dónde nos colocaban la medalla de recuerdo. Sólo quería llegar y llegué, pero llegué dolorido dejando atrás unos 25 km muy duros.


Pero habíamos llegado y superado los 104 km. El tiempo que vi en la pantalla de los 100 km cronometrados fue de 17h:42'.13" (más o menos lo de la calsificación)

Según Tito no estuvo mal para ser la primera vez. Nos sobraron 6 h y 20 minutos....


Por cierto que el gran atleta Pablo Vega, primero en la prueba, lo hizo en 9h:15'. La leche!


Y por cierto que Tito estaba como si nada, con unas pequeñas molestias. Qué tío.


Desde allí andando hasta el Polideportivo, dónde tenían nuestras cosas que recogimos sin cambiarnos ni ducharnos par bajar otra vez (otro kilómetro de regalo) a subirnos al autobús que nos devolvería a Madrid al llenarse.


Creo que salimos de allí sobre las 5.30 h. Me dormí un poco. Al bajar del autobús no podía mover las piernas. Andaba como la Nancy (la muñeca no mi querida amiga). Cierto es que el resto de corredores iba más o menos igual.


A las 7 h en casa y después de la ducha a dormir....


Ahora mismo pienso que no sé si volveré a hacer otra vez una prueba así, de 100 km, de ultrafondo. Imagino estoy pensando eso por el cansancio que siento y el dolor que todavía me acompaña. Es posible que en unos días piense de otra manera. Eso sí, ha merecido la pena aunque en algunos momentos me preguntara que "qué estaba haciendo".

En este camino me he dejado penas y remordimientos, he pensado mucho en los que me quieren y por qué lo hacen -siendo como soy- y me he valorado más a mi mismo.


Y me ha servido para ser más humilde, para comerme el orgullo e incluso humillarme. Creo que esto es fundamental en la vida y en el crecimiento personal de todo hombre. desde la prepotencia ni se gana ni se llega. Y en esa cura de humildad que te proporciona una prueba como esta, merece destacar la impresión que me han causado muchas de las personas que participaban. Personas que vi en la salida, durante el recorrido, que incluso pensé no llegarían, y ahora sé de su proeza y gesta épica.


Y voy a poner el ejemplo de este señor, francisco contreras, con el dorsal 238, que vimos al salir, corriendo por las calles de Madrid hacia el camino de Tres Cantos, con una indumentaria nada deportiva -aunque sí cómoda para él- y que con una edad de 72 años terminó los 100 km (104) en 18h:33'. Nunca lo hubiera imaginado y me arrodillo ante tal capacidad, aguante y resistencia para su edad. Digno de hacernos reflexionar y ejemplo de motivación.

Como siempre, gracias a Clemente, sin él no lo hubiera hecho jamás. A mi familia que estuvo pendiente a cada momento con sus llamadas de ánimo y calor.


A Tito por su apoyo final. A los organizadores porque la prueba ha sido excelente y no creo sea fácil organizar un evento así. A las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Locales, Protección Civil y demás cuerpos que velaron por nosotros en cada momento y nos hicieron sentir más seguros. Y a mis dioses, todos ellos, que me acompañaron y me dieron fuerza y salud para terminar un reto muy personal.


Y gracias también a mis zapatillas. Las Nike LunarLite son las que decidí utilizar. No me han fallado, no me han incomodado, no me han provocado rozaduras ni ampollas.
Mis piernas van a tener un recuerdo inolvidable de estas 17 horas de mi vida. No sé si volveré a hacer, no sé si volveré a correr un camino así, pero en mi haber queda haberlo intentado y conseguido. El 100 será grabado.







Comentarios

  1. Increible experiencia. Felicidades

    ResponderEliminar
  2. Impresionante, cuántas experiencias, qué historias para recordar. Lo del señor de 72 años es una maravilla de la naturaleza.
    Felicidades, te has ganado tus galones ultramaratonianos.

    ResponderEliminar
  3. Ya puedes decir bien alto que eres ultrafondista! Muy poca gente es capaz de hacer semejante reto y tú eres uno de ellos. Felicidades!!!

    P.D. Lo de que la inscripción no sea gratuita estoy totalmente de acuerdo.

    ResponderEliminar
  4. Mi mas sincera ENHORABUENA. Este domingo corrí el Cross de la Pedriza, que es la carrera mas dura que he corrido (esta ha sido mi segunda vez), pero no le llega ni a la suela de los zapatos de este UltraTrail que has hecho. Eres un CAMPEÓN!!! tu y todos los que habéis participado!
    Siempre me he preguntado como entrenáis para un evento de este tipo.
    Un saludo y felicidades de nuevo.

    ResponderEliminar
  5. Me gustaria encontrar hoteles en madrid que tengan un precio economico...

    ResponderEliminar
  6. Increible experiencia y tu cronica...genial! Enhorabuena

    ResponderEliminar
  7. Felicidades José Luis. Gran experiencia, gracias por compartirla.

    ResponderEliminar
  8. Enhorabuena por la carrera tan magníficamente contada. Sois unos titanes.

    ResponderEliminar
  9. Increíbleeee!!! La maravillosa aventura que acabas de vivir irá siempre contigo!!

    Genial crónica, se contagian las ganas por hacer una travesía así!!

    Enhorabuenaaaaa!!
    Bss

    ResponderEliminar
  10. Felicidades por la carrera y por la detallada cronica,el que quiere puede,el que persevera alcanza,gracias por recordarnoslo,con tu gran ejemplo.Tiene mucho merito vencer a la voz interior que a veces trata de entorpecer nuestras ambiciones y esfuerzos.Gran merito el del hombre de 72 años,aunque sinceramente pienso que hasta los 75 años el cuerpo humano es capaz de enormes cosas aun,no es aun tan viejo como podria parecer por la edad en general,luego a partir de ahi se entra en casos particulares capaces de con 80 años hacer grandes derroches fisicos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Si has disfrutado en esta prueba, no puedes dejar pasar los 101 de Ronda. No hay prueba de ultrafondo como esta, por su ambiene increible, por la organización de La Legión y por su dureza, los peor está en los ultimos 25 km, al contrario que esta. Ve reservando el fin de semana del 6 y 7 de mayo. No te lo puedes perder, creeme.

    ResponderEliminar
  12. enhorabuena, yo también corri esta carrera con el dorsal 1603, y la verdad ha sido una de las experiencias personal más gratificantes. Para mi también fue la primera participación en una carrera de 100km, cuando terminé pensaba como tú, no vuelvo a correr una de estas, al día siguiente estaba mirando en internet carreras similares para el próximo año. Un abrazo y espero que nos veamos en otra como esta. nosotros hicimos un video de la carrera lo puedes ver en la web: http://sites.google.com/site/caploscaracoles/fotos-e-informacion-de-carreras-anteriores/fotos-carreras-2010/100-km-madrid-segovia Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 9

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 10

Carta sobre la LEALTAD, a un Amigo leal.-