Ante los/las Chikilikuatres... Revolución.-

Estoy pasmado, totalmente asombrado y casi asustado, de cómo hemos convertido nuestro sistema social español en el Chikilikuatrerismo. Nos representan 'chikilikuatres', nos engañan a base de 'chikilikuatrerismos', está de moda ser 'chikilikuatrero' y más allá de aquellos mentalmente infantiles (los niños son felices viendo y escuchando cierto bailecito), todos nos dedicamos a reirnos y rascarnos el ombligo.
Continuando con este sistema, dentro de poco tendremos hijos chikilikuatres que casarán, o convivirán, con chikilikuatras que a su vez engendrarán chikilikuatritos que sin dejar de chikilikuatrear llegarán a dirigir también multinacionales, organizaciones empresariales, políticas y sindicales (algunas ya están dirigidas), Ayuntamientos, Instituciones de todo tipo. Iremos al médico y nos atenderá un chikilikuatre metiéndose el dedo en la nariz, en la Universidad nos darán clase chikilikuatres varios, y los equipos de fútbol estarán formados por chikilikuatres delgaduchos incapaces de dar un balón de cabeza... Y comenzarán a traspasar las fronteras... La ONU dirigida por chikilikuatres varios, el Presidente de EEUU hecho un chikilikuatre con un sombrero texano hechos a medida de tan singulares peínados... todo, absolutamente todo y todos, dirigidos por chikilikuatres creados e ingeniados en el misterio de la mente española.....
Ahhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Creo que ha sido un sueño de esos que provoca la fiebre (estoy algo griposo o con un virus de esos que tanto están de moda ahora).
Me niego!!!!
Así que la canción que me revoluciona y me apetece colgar aquí es esta de La Casa Azul. Aunque hay gustos para todo tipo, a mi me hubiera gustado más en Eurovisión aunque, por otro lado, si tenemos un Presidente de Gobierno Chikilikuatre, cómo no iba a representarnos este tipo?
Chao, que me lanzo.....

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29