Cuando el Silencio Me Llama...

No escucho nada, tan solo el silencio. Solo hay un lugar donde siento que el silencio me encuentra.

Sábado. Mi día de descanso, reflexión y quietud. ¿Qué pensamiento? Pues en este momento ninguno.

Nunca eres líder por aquello que cargas, lo eres por lo que controlas. Si no eres capaz de gobernar tu interior, tu mundo se derrumbará desde adentro.

Cada despertar es un gracias a Dios. Cada respirar es un vivir con Dios.

 

Aseguro que nunca que una persona puso su esperanza en Dios fue defraudada. Dios siempre cumple su Palabra, el hombre no.

Deberíamos ser más selectivos en nuestras batallas. A veces es mejor tener paz que tener razón.

Busquemos el bien y siempre tendremos pensamientos positivos; busquemos el egoísmo y finalmente el ego se apoderará de nuestras vidas. Yo, al menos, nunca he querido eso. El deseo es más importante de lo que creemos.

Es tiempo de comenzar a hacer cosas distintas en la vida: dejar de justificar el descanso, priorizar la salud y dejar de culparme por desconectar. No es un gran logro, que digamos, pero a estas edades es lo que uno necesita.

¿Sabemos cómo estar en Paz? Pues estemos. No es tan complicado.

Si creemos que todo es importante, resulta que nada es importante. No podemos priorizar todo lo que reclama nuestra atención. Habrá cosas urgentes, importantes, pero también innecesarias. Aprender a eliminar urgentemente las innecesarias, para priorizar lo importante sobre lo urgente.

Es verdad que a veces damos todo a los demás y nos olvidamos de nosotros mismos. La gente se acostumbra. Olvidarse de uno mismo no es amor, es simplemente abandonarse. Amar a los demás es hermoso, pero amarte a ti mismo es fantástico.

No llego a entender lo que nos pasa. Despertamos, Vivimos, Sentimos, Amamos. ¿Nos quejamos? Miremos a nuestro alrededor. Si alguien lee esto y aún así se queja, es posible tenga razón. La mayoría de los que nos quejamos no tenemos razones para hacerlo.

 

La vida no se mide por lo que hemos hecho, sino por lo que aún estamos dispuestos a hacer con el tiempo que Dios nos regala.

Sí, Él está a nuestro lado si queremos que esté a nuestro lado. Y siendo así, nos acompaña y nos sujeta.

Con los años uno va despertando a los días con gratitud, pero también preguntándose qué ha hecho con su vida. Repensar esto no es algo demasiado terapéutico. Así que pensemos en lo que queremos hacer con lo que nos queda de vida.

El silencio es a la paz, el ruido la ansiedad. ¿Por qué volver al ruido cuando habitas perfectamente el silencio?

Benditas sean todas esas personas que nos desean el bien de verdad, por encima incluso de sí mismos.

Post publicado en Del Todo y de la Nada . Regresar a Minaya es siempre como volver a una parte de mí que nunca termina de irse. Ese rincón que huele a pan reciente, a calles tranquilas y a conversaciones que parecen suspendidas en el tiempo. Allí, donde la desconexión con lo externo es casi un acto sagrado, me encontré —como tantas veces— con los amigos de la infancia. Somos la misma cosecha, pero cada uno ha llevado una vida distinta. Con un tercio de Mahou en la mano, hablamos de lo de siempre: la vida, los recuerdos, nuestras pequeñas batallas. Y, como siempre, nos quejamos más de la cuenta, sin darnos cuenta del privilegio inmenso de ser y estar. Ese instante sencillo me llena de felicidad. Pero luego llegan las mañanas. A mis 57 años, me despierto y aparece, sin permiso, la pregunta que se clava como un dedo en el alma: "José Luis, ¿qué has hecho con tu vida?" Escribir se convierte en refugio. A veces cura, a veces duele. Pero siempre revela. Pienso en la felicidad como ...

No guardemos rencor. ¿Para qué? Guarda distancia, es mucho más sano, más elegante y más sabio.

 

La fuerza te la proporciona la confianza y la fe. Lo demás lo pones tú.

Señor por qué de una vez no corriges mis prisas, perfeccionas mi paciencia y fortaleces mi esperanza. Ya es hora.

La verdadera búsqueda de Dios no nace del esfuerzo ni del postureo. Surge en lo cotidiano.

Agradar es habernos rendido al ruido; ignorarlo es volver al centro, al equilibrio. Estar en paz, simplemente.

Descansemos, pensemos, reflexionemos y volvamos a caminar. Qué mejor día que hoy. Siempre dando gracias a Dios por este despertar.

Los peores seres humanos normalmente están convencidos que son buenas personas.

Solo tu futuro te necesita, tu pasado ya no.

Artículo publicado en: Del Todo y de la Nada. No recuerdo un momento en que se haya hablado tanto de fe y de Dios en público como ahora. Las redes sociales, la música, la prensa, las entrevistas y hasta el cine parecen haber descubierto —o redescubierto— un vocabulario espiritual que parecía relegado a la intimidad. ¿Está de moda ser cristiano? ¿Puede ser una moda creer en Dios o seguir a Jesús? El término christiancore pretende describir este resurgir de lo cristiano como estética, tendencia o fenómeno cultural. No es extraño: vivimos en un tiempo donde todo se convierte en estilo, incluso lo sagrado. Ahí está Rosalía, que acaba de publicar Lux , un álbum atravesado de referencias trascendentes. “Creo que mis creencias pueden cambiar cómo vivo y cómo percibo la vida. Realmente creo que estoy protegida, que hay algo a mi alrededor que me protege”, dijo en una entrevista reciente. Letras cargadas de luz, vestimentas místicas, atmósfera sacra. En el cine, películas como Los domi...

La mayor prueba de fe es confiar cuando no conseguimos lo que queremos.

 

Percibir al Señor es haberte dado cuenta que Él ha estado ahí aunque en ese momento ni siquiera sabías, ni siquiera pensabas, que estaba.

No debemos permitir que la falta de modales y educación de otros nos quiten los buenos modales que tenemos.

Hoy más que un pensamiento me viene un consejo, sobre todo para mi: siéntate a mesas donde la conversación te haga crecer, personal y espiritualmente. No pierdas el tiempo en esos lugares donde solo se hable de los demás… en cuanto te levantes se hablará de ti.

Tal vez no comprendamos, o no queramos comprender, cómo nos acompaña Dios en nuestras vidas, pero sólo tenemos que mirarnos: seguimos respirando, tenemos comida en la mesa y sueños en nuestro corazón. Dios sigue cumpliendo su promesa en nosotros. Tal vez no tengamos todo lo que quisiéramos, sí lo que necesitamos.

A veces nos arrepentimos no de las cosas que hicimos mal, sino de las cosas que hicimos bien pero para la gente equivocada.

Los años, la experiencia, nos vuelve terriblemente selectivos.

No es solo lo que se hace, sino cómo se mira, cómo se escucha, cómo se trata. Una vida buena es aquella que, al final, deja huellas de paz en quienes la rodearon.

 

Ser bueno no es un gesto: es una forma de existir. La bondad no siempre brilla. Muchas veces pasa desapercibida, porque no se impone, no exige, no presume.

Estoy cansado de hablar con personas falsas, es hora de comenzar a evitarlos. Nunca es tarde.

La verdad no sabes por qué la vida es como es. Ni lo entiendes ni lo buscas. Simplemente Es.

Es sábado y despierto pensando en qué es la Fe para mí: tal vez confianza en lo que se espera y certeza en lo que no se ve.

La abnegación no es desprecio de uno mismo, sino entrega lúcida. No se trata de borrarse, ni de vivir con culpa. Abnegarse es dejar de ocupar el centro, es dejar de ser la medida de todo.

Si alguien admite lo que no es admisible, el responsable es quien lo asume, no quién lo provoca.

La mejor defensa siempre es una sonrisa, el mejor ataque el silencio y vencerás si te mantienes indiferente.

 

Aprendes a depender de Dios y no de la gente que te rodea… ellos se pueden ir en cualquier momento, pero Dios siempre está.

Normalmente creamos nuestro propio infierno, nos metemos en charcos, y luego culpamos a los demás. Pensemos antes y cuidemos muy mucho dónde nos metemos.

Jamás subestimes a una persona espiritual. No está sola; tiene Fe, tiene Guía. Cuando le ofenden o lastiman sin razón, simplemente el universo responde.

La responsabilidad no es para ser admirado, sino para ser instrumento del bien donde otros aún no han llegado. 

La responsabilidad, entonces, sería vivir en coherencia con lo que uno cree bueno, aunque no haya testigos, aunque nadie lo premie. Es una forma de libertad moral.

Cada vez tengo más claro que ser sincero y decir las cosas a la cara te genera más oportunidades que siendo engreído y falso.

Muchas veces no se trata de distinguir entre lo malo y lo bueno, sino entre lo bueno y lo más sabio.

 

Hay quienes lo tienen todo y no duermen tranquilos. Y hay quienes, teniendo poco, descansan en paz porque confían en Dios. La verdadera paz no depende del dinero, del éxito o de la aprobación ajena. Depende de saber en quién descansamos.

La transformación verdadera no comienza fuera, sino dentro. El problema nunca está en lo que nos rodea, sino en lo que nos domina.

Si no eres capaz de relajar y parar, difícilmente lo serás de vivir.

Cuando Dios es lo primero, todo se ordena. La primera cosa que debe estar en su sitio, en tu vida, es Dios. Y así de espirituales comenzamos esta semana.

No temes a Dios con miedo. El temor a Dios es reverencia, es amor y obediencia. Es reconocer Su grandeza, Su santidad y Su justicia. Es saber que está y que no te abandona.

La humildad, no es renuncia a la identidad, sino afirmación del propósito colectivo. Sin ella, el liderazgo degenera en vanidad o autoritarismo.

Quizá la muerte sea, en el fondo, una gran maestra. Nos enseña a no aferrarnos, a perdonar, a reconciliarnos, a mirar más alto. Nos enseña que la vida no se mide en años, sino en presencia; no en logros, sino en bondad. 

 

Subestimamos a personas sensibles, como si su forma de ser fuese más débil que la nuestra. La fuerza de la sensibilidad es y será el poder de este mundo porque el individualismo es igual al corrompimiento del Ser.

Solidaridad no es solo dar cosas: es hacerme cargo del otro como si fuera parte de mí.

Donde hay solidaridad verdadera, el Reino ya está brotando como semilla de eternidad.

Llenarme de silencio. Ese silencio que me reconforta y que me acerca a Dios. Este lugar.

Últimamente tengo la sensación de escuchar las mismas cosas de siempre, en los mismos lugares y a las mismas personas de siempre. La libertad de elegir es eso, poder cambiar. Qué pesadez.

 

Los buenos momentos siempre son los que son. Normalmente entre amigos incondicionales. Qué privilegio tenerlos.

Solemos decir que después de la tormenta viene la calma. Pero Jesús te dice: “Yo soy la calma en medio de la tormenta.” Realmente es así. Si te encuentras envuelto por una tormenta, agárrate a Él y encontrarás la calma.

 

La sinceridad no es decir todo lo que se piensa, la sinceridad es decir lo necesario sabiamente.

No suelo hablar de lo no sé, y tampoco opino de lo que no he vivido. Los hay que opinan y hablan sin tener ni puta idea de nada.

A veces el hecho de ser odiado es un indicador de éxito. Nadie odia a un perdedor.

Hagamos un día de descanso. Paremos. Reflexionemos y pensemos.

El compromiso político auténtico no se mide por la permanencia en el poder, sino por la fidelidad al bien común. Madre mía, en los tiempos que vivimos, decir esto parece una especie de utopía.

Orar por alguien es, de alguna forma, querer sin ser visto, sin halagos ni aplausos; orar es una manera de fortalecer al otro, de abrazarle. Orar.

Siempre he creído que hay que dejar lo mejor de nosotros por donde pasemos, quien sabe si un día necesitamos volver.

 

No sueles, en los últimos tiempos, entrar en discusiones donde solo te generan preocupaciones. Eso sí, la paciencia tiene su límite y se llama dignidad.

Cuando uno sufre, todos sufrimos. Cuando uno cae, todos tenemos algo que ofrecer para levantar.

Despertar al domingo con el pensamiento de que solo algo maravilloso puede suceder hoy.

Todo lo que dice la gente es realmente bello pero… yo me quedo con lo que verdaderamente hacen.

Nuestros días no son perfectos, pero siempre tienen algo por lo que agradecer.

No acumulemos silencios, gritemos de vez en cuando.

Está claro, yo si tengo que elegir elijo aquello que me dé paz, tranquilidad y calma. Así que a por una semana en calma.

 

Uno de los mayores privilegios de la vida, que con los años valoro más, porque creo que tiene que ver con el comportamiento de uno, es tener amigos. Soy un eterno privilegiado. Pocos, pero auténticos.

Actúo como si confiara en todo el mundo, pero realmente no lo hago.

A veces solo tenemos que cambiar la forma que tenemos de ver las cosas. Y serán de otra manera.

¿Qué es lo que más vale la pena en mi vida? Cada día lo tengo más claro: la tranquilidad. No necesito más que estar tranquilo.